Tres finales en abril

El Real Zaragoza afronta ahora tres partidos cruciales, frente a Almería, Mallorca y Mirandés. De cómo se resuelvan estos encuentros dependerá el modo de encarar el fin de campaña.

Varios jugadores de la primera plantilla del Real Zaragoza durante un entrenamiento reciente.
Tres finales en abril
Aránzazu Navarro

Se trata de tres duelos directos, comprometidos como pocos, capaces de dictar una suerte amable u otra muy dispar para el Real Zaragoza en el tramo final de la temporada. Almería, Mallorca y Mirandés, equipos que viven por debajo del bloque aragonés en la tabla clasificatoria de Segunda, marcan la siguiente secuencia del calendario de competición, por el orden mencionado. Primero, la escuadra de César Láinez se desplazará a Almería, para jugar frente al conjunto andaluz en el campo de los Juegos del Mediterráneo. Será el próximo domingo. Una semana después, recibirá al Mallorca en el estadio de La Romareda. Por último, viajará a Miranda de Ebro, para medirse con la escuadra burgalesa, ahora dirigida por el exzaragocista Pablo Alfaro. El mes de abril se carga de este modo de trascendencia. Cada una de estas citas tiene el aire de una final. Son partidos cuya presentación nuclear se efectúa de forma telegráfica: o tú o yo. Nada más. Quien gane lo hará por partida doble, por lo que suma uno mismo y por lo que impide que añada el rival en su haber. El lenguaje del fútbol ha acuñado una manera de definirlos: son partidos que valen seis puntos en caso de triunfo.

El Real Zaragoza se aproxima a estas citas con cierta posición de ventaja comparativa, habida cuenta de que no habita en los puestos más comprometidos de la clasificación, circunstancia que, en cambio, sí se da en el caso de los oponentes. En este instante, Almería, Mallorca y Mirandés viajan con billete de descenso en sus manos. Es decir, están más presionados, más exigidos, más cargados de obligaciones o, si se quiere, responsabilidades. Se supone, en consecuencia, que para ellos son mayores las cargas emocionales.

En favor del Real Zaragoza acaso corran también las positivas señales que ha emitido el equipo después de la llegada de César Láinez al banquillo. Ha recuperado esencia y frescura, hecha esta consideración más allá de los dos últimos resultados, una victoria frente al Elche y un empate en La Romareda ante el Real Valladolid de Paco Herrera. Las sensaciones que ha transmitido hablan de fútbol aseado y de juego más que suficiente para burlar los fondos de la clasificación, a pesar de que la frontera del descenso se haya acercado a la corta distancia de un partido, de tres puntos. Han quedado atrás las estructuras acartonadas que produjeron una suma de ocho puntos sobre treinta y tres sacados a concurso.

Paco Herrera, entrenador respetado en la categoría y técnico de palabra siempre honesta, afirmó en la noche del pasado domingo que no alberga duda acerca del futuro del Real Zaragoza, sobre todo por el contenido futbolístico que le vio durante el desarrollo del partido que le enfrentó a su equipo, el Real Valladolid.

César Láinez, en todo caso, está preparando a sus futbolistas para acudir a un tiempo a dos tesis fundamentales: la que corresponde al hecho de ir partido a partido y la que atiende a la idea de que restan diez finales hasta la conclusión de la temporada en curso.

Por la zona baja se registran movimientos en busca de la supervivencia desde hace varias semanas. Han reaccionado Córdoba, Rayo Vallecano y Nástic de Tarragona, que están fuera de las posiciones de descenso de categoría. También se puede predicar algo parecido del Almería, que ha vencido en Tarragona esta pasada jornada, señal en principio clara de que no baja los brazos.

Tampoco desespera el Mirandés, por más que sea el equipo que cierra la clasificación. Pablo Alfaro, exzaragocista de cuna, que el domingo estuvo en el palco de La Romareda, trabaja con la pretensión de reactivar a los futbolistas del conjunto castellano. El pasado fin de semana hizo un partido serio frente al Levante, que necesitó de dos lanzamientos desde el punto de penalti para doblegarle el brazo.

Junto a Pablo Alfaro trabaja codo con codo Jesús Seba, director deportivo del Mirandés, otro hombre de raíces zaragocistas. Este participa de los afanes del entrenador. En modo alguno renuncia a la salvación ni está pensando en claves de futuro. Se agarra al vivo presente, con la esperanza de que el nivel competitivo mostrado frente al Levante lo puedan extender a los próximos encuentros, entre los que se cuenta el que les medirá al Real Zaragoza de César Láinez

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión