El 2017 no ha llegado de momento para el Huesca con un gol bajo el brazo. El alumbramiento del nuevo año ha difuminado el potencial ofensivo del equipo altoaragonés, que se ha quedado seco frente a la portería rival en los últimos cuatro partidos de Liga. Son 432 minutos sin alzar los brazos, sin fundirse en una animosa celebración que se está haciendo esperar, y mucho. Por eso el técnico, Juan Antonio Anquela, busca soluciones a ese mal. En Tarragona, el pasado sábado (0-0), apostó por un cambio de sistema y tuvo que mover el banquillo ante las bajas. Esta vez, para afrontar nada más y nada menos que el duelo aragonés frente al Real Zaragoza, la fórmula para resolver el problema tiene acento portugués y se llama Vinícius Araújo, delantero brasileño que es uno de los dos fichajes efectuados por los azulgranas en el mercado invernal.

Vinícius, a préstamo por el Valencia, llama con fuerza a las puertas de la titularidad. Desde que arrancó su periplo en el Huesca el 18 de enero, ha mostrado una alta capacidad goleadora en cada sesión de entrenamiento. Ayer hubo una buena muestra de ello. El punta carioca fue el gran protagonista en el partidillo preparatorio que disputaron frente a su filial, el Almudévar. Acabó 7-1 con cuatro dianas que llevaron su sello. Si a semejante voracidad, aunque sea en un entrenamiento, se le une que el ariete Borja Lázaro no completó el trabajo de grupo en el Pirámide, suben las opciones del ex del Cruzeiro para ser de la partida frente al Zaragoza.

Si se produce sería su segunda titularidad como azulgrana, ya que dos días después de aterrizar en suelo oscense, Vinícius jugó de inicio en la derrota del Huesca ante el Alcorcón (0-1). La baja de Borja Lázaro y la marcha de Urko Vera al Mirandés, más la anterior salida de Cmiljanic, le catapultaron al once por necesidades del guión. Fue relevado por Anquela en la segunda parte.

En Tarragona esperó turno en el banquillo hasta que en el minuto 72 saltó al césped del Nou Estadi en sustitución de Borja Lázaro. Vinícius fue el artífice, en el minuto 91, de la única y mejor ocasión del Huesca en todo el partido: remate ajustado tras cazar un balón suelto en el balcón del área que el portero Reina desvió a córner con una gran mano.

"Llevamos cuatro partidos sin marcar. Creamos menos ocasiones y eso lógicamente repercute, pero estamos trabajando para corregir los errores y los goles llegarán", explicó ayer Gonzalo Melero sobre la ausencia de dianas en el 2017.

El medio madrileño será uno de los que volverán tras cumplir sanción, al igual que Samu y Akapo, en un derbi en el que "ya se respira rivalidad y buen ambiente de fútbol", opinó. En el Huesca existe confianza "en romper la estadística" ante el Zaragoza en competición oficial –ninguna victoria–, para lo cual "trataremos de poner el ritmo y tener el balón", destacó Melero.