Raúl Agné: "Mis jugadores son mejores de lo que la gente piensa"

El nuevo entrenador del Real Zaragoza describe sus primeros pasos al mando del equipo. Reflexiona sobre su método de trabajo, su idea de fútbol, el grupo que se ha encontrado y las expectativas de ascenso a Primera División.

Raúl Agné, entrenador del Real Zaragoza, minutos antes de la entrevista con HERALDO.
Raúl Agné: "Mis jugadores son mejores de lo que la gente piensa"
Aránzazu Navarro

¿Ha encontrado diferencias entre el vestuario que conoció el pasado miércoles y el que entrenó ayer?


Las victorias cambian las cosas. Hemos de entender que los triunfos, cuando vienes de seis jornadas sin ganar, no te han de liberar, sino que te han de motivar a ser más ambicioso todavía. Todos sabemos la alegría del sábado, pero eso no debe significar que luego entrenes más tranquilo o más cómodo. Ganar al Almería fue el primer paso para ganar en Mallorca. Hay que ser ambicioso y eso se consigue desde las victorias.


¿Cuál fue el diagnóstico que efectuó a su llegada? No solo a nivel emocional, sino también en lo futbolístico. ¿Qué necesitaba el equipo en el campo con urgencia y en qué se basó para preparar el partido contra el Almería?


Lo más importante de este negocio son las emociones. Así me lo dice la experiencia. Más en estas situaciones, porque, si no, no hubiera habido un cambio de entrenador. Eso es lo más importante. Me siento cómodo en esa distancia corta, hablando con el futbolista. Luego, cuando llegas a un grupo en este momento difícil, lo más importante es darle dos herramientas que le den seguridad. No hay mucho tiempo ahora para construir un equipo porque los puntos están ahí. Tienes que evolucionar sí, y construir, pero hay menos margen porque la competición está en marcha. Ahí, el futbolista necesita instrucciones para desenvolverse.


Destacó después del partido contra el Almería que los buenos deben jugar siempre y que su labor es encontrar la fórmula que lo permita. ¿Es el 4-4-2 el mejor armazón para reunir a los mejores? ¿Cree que es el sistema que más se adapta y más potencia las características de la plantilla?


Sobre todo, esa idea encaja conmigo. Nosotros tenemos más futbolistas de jugar por dentro que por fuera. Yo creo mucho en la naturaleza del jugador, del lugar y del equipo. Si los futbolistas más talentosos los tenemos de mediocampo hacia adelante, como pueden ser Cani o Lanzarote, evidentemente debo intentar que jueguen siempre. ¿Dónde los encajaré? Donde crea que pueden hacerlo, poniendo alrededor de ellos otras piezas. Al final, esto consiste en tener una intención y unos futbolistas y encajar todo eso. Pero conseguirlo desde su naturaleza, no desde la mía.


¿Cómo se convence, pero, sobre todo, cómo se acopla a jugadores como Lanzarote o Cani para conseguir el equilibrio defensivo que exige en banda su propuesta? Son piezas de vocación creativa y ofensiva…


No todo el mundo tiene las mismas obligaciones. A un futbolista se le puede decir que lo liberas de ciertas acciones defensivas si a cambio te da pases de gol, te marca… Si hace eso, yo me encargaré de acoplarlo. Pero también ha de entender que si recupera una posición y se pone en un lugar, el balón por ahí ya no entra. Hace ese esfuerzo. De todos modos, si a todos los jugadores de ataque les acabas pidiendo que bajen a defender, que ayuden a centrocampistas, a los exteriores… Al final, cuando recuperas, qué vas a hacer. ¿Dársela al rival para que te vuelva a atacar? No. Hay que tener la pelota arriba, que esos jugadores entren en acción, y poner así contra las cuerdas al rival. De ese modo, su naturaleza ofensiva se impone sobre sus tareas defensivas. Es cuestión de dar roles a cada uno, que le beneficien a él, pero, sobre todo, al equipo.


¿Cuáles cree que son los puntos fuertes de esta plantilla?


Hay muchos. Y más que vamos a mejorar. Estoy convencido de que nos vamos a divertir y nos lo vamos a pasar muy bien.

Narciso Juliá ya advirtió que el nuevo entrenador sería alguien que conociera y creyera en la plantilla. ¿Sabe lo que tiene entre manos?

Claro. Pero es mi obligación profesional. Hablamos además de un club al que se le televisa más que a otros. Lo he visto mucho. He visto al equipo, conozco el lugar y he dirigido unos 160 partidos en la categoría. Me siento identificado, sí.


¿Qué es lo más difícil de adaptarse a una plantilla cuando no es complicado instaurar un modelo propio? Luis Milla probó soluciones diversas sin éxito…


No quiero hablar mucho de la etapa pasada, pero seguro que el anterior entrenador hacía las cosas pensando en lo mejor para el equipo. Yo puedo hablar de lo que siento. Mi manera de entender el juego es que hay que ganar y atacar. Que hay que ser agresivo, que el esfuerzo no se negocia, que hay que saber sufrir... Me gusta más hablar de saber competir que de tener un estilo. El estilo te ayuda a competir, pero hay cosas que no son solo eso, porque dentro de un partido se juegan muchos partidos. Y en lo que creo es en eso, en saber manejarse en cada uno de esos diversos partidos.


¿Qué hay aprovechable del Zaragoza de dos primeros meses y medio de temporada?


Lo más importante: el futbolista. Es la materia prima que produce el fútbol. Lo producen mejor o peor, pero vamos a ayudarles para que lo produzcan bien. Estoy convencido de que no son tan malos como la gente piensa. Son mejores. No lo digo porque sea el entrenador. Es más, si no lo creyera no estaría aquí. Sé dónde estoy. Tampoco me iba a tirar a la hoguera. No me creo que sea un equipo malo, menos aún en esta Segunda División, bien distinta a la de hace cinco años.


¿Comparte el análisis de que existe un abrupto escalón entre los 11-12 jugadores principales de la plantilla y la segunda unidad?


No creo en eso. Estoy convencido de que vais a ver gente joven con una evolución muy importante. Chicos que ahora no suenan van a crecer y nos van a ayudar a crecer como equipo. El fútbol es ambición. También hay un filial detrás y esos chavales tienen que empujar. No se puede hablar de si un grupo es bueno o malo. Si están aquí es porque todos son buenos. Y van a tener su oportunidad.


Contra el Almería, el Zaragoza exhibió varias notas diferentes, tímidas, pero con impacto en el juego: sistema nuevo, más contención en la presión, más énfasis en el orden, más seguridad con el balón, más transición… ¿Vamos hacia un Zaragoza más vertical y prudente en el repliegue o le gustaría crecer sobre esos 20-30 minutos de la primera mitad en los que el equipo se agrupó bien en torno a la pelota, se asentó en campo rival y trenzó pases?


Antes de hablarle a un equipo de cómo vamos a jugar, yo lo hago al revés. Les pregunto: "¿Vosotros os atrevéis a jugar así? ¿Vamos a tener unas señas de identidad en las que seamos osados y valientes? ¿Que nos vamos a divertir, a agruparnos con la pelota porque la intención es ser verticales y hacer goles?". El fútbol es tan simple como si yo tengo la pelota y estoy solo, tengo que buscar un compañero que esté también solo. Y para estar solo debe querer estarlo. Eso es lo importante. Para mí, el fútbol es lógica, no táctica. Es espacio, es tiempo, es un rival, es un compañero… Si quieres ser defensivo, tienes que tener la voluntad de ser agresivo, de ir a robar el balón… no quedarse en la sombra. Mira. Contra el Almería, fue una muestra. Recogieron y aplicaron lo que les había dicho: "No os separéis. Estando juntos vais a tener más combinación, os vais a encontrar, vais a elegir dónde conceder un pase o no". Íbamos con el freno de mano echado, es normal, claro. Ahora, intentaremos dar pasos firmes para tener más ritmo, con y sin balón.


¿El cambio protagonizado por Javi Ros contra el Almería le sirve de paradigma para aquellos futbolistas a los que quiere impulsar y reenganchar al equipo?


Pero eso es confianza. Siempre digo lo mismo. Tú no vas al Corte Inglés y pides que te den un kilo de confianza, te vas a casa y te tomas, ¿cuántas dosis?, ¿dos al mediodía y dos por la noche? Luego te vas a La Romareda y a jugar como si fueras Messi o Cristiano. No. Eso no funciona así. Nosotros entrenamos conocimientos. Esa son las herramientas que te permiten rendir. Si un futbolista comienza a usarlas, tiene más obligaciones, tanto individuales como colectivas. Él tendrá su expresión individual, pero reforzada por un conocimiento. Javi Ros estuvo muy bien, como todos, porque entendió su rol. Y encima es un caso en el que yo creo que es mejor futbolista de lo que él se cree. Puede dar un paso al frente, tirar a puerta, pisar área… Pero vamos poco a poco, escalón a escalón. Primero, confianza, luego, seguridad.

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