El CAI tiene previsto renovar a Andreu Casadevall, a quien le ofrecerá un año más de contrato en los próximos días, una vez haya concretado todo el proceso de la ampliación de capital –necesita cubrir los gastos de la pasada campaña, cuyo déficit alcanzó los 600.000 euros–. El club aragonés apuesta por la continuidad del técnico, que se incorporó al banquillo el pasado mes de diciembre, como sustituto de Joaquín Ruiz Lorente, con la prioridad de sellar la permanencia en la Liga ACB. Por entonces, la situación era de máximo riesgo: el CAI había conquistado una única victoria en las seis primeras jornadas de la competición y ofrecía síntomas muy negativos en su juego.

La salvación llegó, finalmente, a falta de tres jornadas para el cierre de la Liga regular, y tras haber obtenido el triunfo contra todos los rivales directos en la lucha por la permanencia. Desde su llegada al banquillo, Casadevall dotó al grupo de mayor compromiso, sobre todo en las labores de contención, además de subsanar muchos de los desequilibrios que presentaba el equipo en sus acciones de ataque. De hecho, y a pesar del desatino de los jugadores en el lanzamiento exterior, el CAI finalizó curso con los mejores registros ofensivos de su historia en la ACB.

El club valora que el técnico, con una amplia experiencia en el baloncesto profesional, se hizo cargo de una plantilla abatida, que exhibía una enorme desconfianza en sus propias posibilidades y que se desencajaba ante las primeras adversidades. Dudas, ansiedad, precipitaciones, desconcierto, anarquía... Sin embargo, el equipo aragonés logró modificar su indecisa trayectoria y acabó firmando la salvación, a pesar de sufrir numerosos contratiempos como la enfermedad de Dienner, las lesiones de Benzing y Sastre –ambas en el tramo decisivo del campeonato–, o el bajo rendimiento de Sek Henry, Nate Linhart y Jordan Swing durante la mayor parte de la temporada. Mientras, el CAI alcanzó los octavos de final de la Eurocup, por primera vez en sus historia, aunque después fue eliminado por el Trento italiano, un rival a priori muy accesible.

Otro factor favorable para la continuidad del técnico es el respaldo unánime de la plantilla zaragozana. Sobre todo de los seis jugadores que tienen contrato en vigor para el próximo ejercicio –Isaac Fotu, Robin Benzing, Joan Sastre, Henk Norel, Tomás Bellas y Sergi García–; además de Pere Tomás, quien también será renovado en las próximas semanas.

Precisamente, Casadevall resultó clave en la recuperación de Pere Tomás, quien venía atravesando una etapa enrevesada, de muy difícil tránsito, que se venía prolongando desde el curso 2014-2015. De hecho, el alero nunca contó con la confianza del anterior técnico, Joaquín Ruiz Lorente, lo que a punto estuvo de precipitar su salida del club aragonés el pasado verano. Con el cambio de entrenador, el alero dejó de desempeñar un papel residual, recuperó su mejor versión y su aportación fue decisiva en el tramo final de la temporada.