Fernando Torres: "Igual que hay gente a la que le gusta ir al bar, mi capricho es correr"

Tiene mérito haber completado 100 medios maratones en 15 años. ¿Cómo le dio por correr?

Entonces trabajaba en un secadero de jamones diez horas al día. En la empresa había dos compañeros que iban a correr el medio maratón de Barbastro y les escuchábamos cómo quedaban a entrenar, cómo lo vivían... El día de la carrera, les vimos tan emocionados al llegar a la meta que un compañero y yo decidimos apuntarnos a uno e intentarlo al año siguiente. Y a partir de entonces me enganché totalmente.

¿Cuál fue su primera vez?

Fue en Sabiñánigo en 2001 y el momento de llegar a meta fue lo máximo, como tocar el cielo. Al principio ni nos planteamos continuar, pero sin pretenderlo seguí corriendo hasta que hace un tiempo me propuse llegar a los cien (ahora lleva ya 106) y luego pensé incluso en escribir un libro.

¿Cuál ha sido la llegada a meta más emocionante que recuerda?

La número cien en Barbastro porque quise hacer un proyecto solidario donando a Cáritas un kilo de alimentos por cada medio maratón que había hecho y al final lo hice extensivo para quien quisiera colaborar y se reunieron más de 1.200 kilos de comida. Correr ese día en casa con tus amigos y acabar la carrera junto a mi hija es un recuerdo imborrable.

¿Ha abandonado alguna vez?

Nunca. La semana pasada hice la carrera número 106 en Hospitalet del Infante, en Tarragona, y de momento no he tenido que abandonar en ninguna. Aunque recuerdo algunas muy duras, como una entre Seria y Benasque, aunque el entorno era precioso.

¿Ha dado el salto al maratón?

Sí, llevo once, pero es otro mundo. Con uno al año me sobra, el entrenamiento es muy exigente.

¿Qué consejo le da a los lectores de su libro que quieran iniciarse?

Tener ilusión y vistos los casos de muertes que ha habido últimamente en algunas carreras, tener mucho respeto. Igual que yo me lo sigo tomando con mucha cautela llevando 106, hay que trasladárselo a la gente que acaba de empezar y que igual el primer año que corre ya se apunta a un medio, un maratón o una ultra. Son pruebas que exigen dos o tres años de preparación en el caso de un medio y más de cinco en un maratón. Su primer objetivo debe ser acabar y disfrutar porque si empiezas pasándolo mal, no creo que merezca la pena.

Le ha salido un promedio de siete medios maratones al año. ¿Es una cifra recomendable?

Es la media, porque ha habido años muy buenos y otros menos. Conozco gente en Barcelona que igual de octubre a marzo tienen uno cada semana en un entorno de 50 kilómetros y hacen muchos. Es verdad que correr tantos no es sano porque pones el cuerpo a unos límites físicos y mentales muy fuertes y sufre su castigo. Pero yo lo hago con ilusión. A lo mejor hay gente que le gusta estar en un bar todo el día y en cambio mi capricho es ir a correr un medio maratón un domingo.

¿Se ha marcado un límite?

No, seguiré hasta que mi salud me lo permita. La gente me pregunta si ahora voy a por los 200, pero tengo mi calendario laboral, social y familiar y continuaré mientras tenga ilusión y las fuerzas me vayan acompañando, porque a veces también llegan lesiones y días que te levantas cojo.

Dicen que unas buenas zapatillas son la mejor inversión para que un corredor popular no se lesione a las primeras de cambio.

Yo empecé a correr con una camiseta de algodón, unas mallas y las mismas zapatillas que usaba para jugar a fútbol sala, tenis... Ahora hay un abanico enorme y es importante mirar un calzado con buena amortiguación y si puedes, hacerte un estudio de pisada. También hay que tener en cuenta el peso, porque hay gente que se compra las zapatillas que llaman voladoras y que son para los que están muy delgados o para los africanos, que de verdad vuelan, pero no para alguien que pese más de 80 kilos.

¿Cuántos pares ha estrenado?

He probado muchas marcas, pero ahora sigo un consejo que me dio una vez Fabián Roncero de que si encontraba unas zapatillas que me fueran bien, que me comprara cien pares.