El club desea que Juliá continúe como eje del proyecto deportivo

La SAD refuerza su apuesta por el técnico y su intención es que lidere la nueva etapa deportiva.

Juliá atiende el teléfono en la grada de La Romareda.
Juliá atiende el teléfono en la grada de La Romareda.
Guillermo Mestre

El cuadro directivo del Real Zaragoza tiene decidido que Narciso Juliá prosiga con su proyecto al frente de la dirección deportiva. En este sentido, el fatal desenlace contra el Llagostera no reescribe el escenario. Juliá firmó en diciembre un contrato a largo plazo, para tres temporadas y media. Un vínculo que plasmó el tamaño de la apuesta del club en su figura después del fracaso de Martín González en la confección de la plantilla durante el verano pasado. La intención de los mandos del Real Zaragoza es que Juliá prosiga su labor y encabece la reconstrucción de la plantilla y la selección del nuevo entrenador, una vez que Lluís Carreras no continuará al frente del banquillo.


A lo largo de la jornada de hoy, está previsto que los temas de calado deportivo se discutan con Juliá y se marque una hoja de ruta a seguir durante las próximas semanas. Se sigue considerando al gerundense una figura con el poso, la capacidad y el conocimiento del medio ideales para liderar ese proyecto deportivo, una cuestión clave, a la hora de la toma de decisiones, para que el futuro del club aragonés tenga salida pese a las complejidades económicas que lo van a condicionar.


Se confía también en que Juliá mantenga su voluntad de dirigir ese volante deportivo. Su discurso siempre se ha movido en ese sentido: la doble velocidad. Es decir, la búsqueda del ascenso esta temporada, pero sin olvidar otras cuestiones de calado en el horizonte de la SAD. Así, ya ha ejecutado movimientos en clave de futuro: la reorganización de la Ciudad Deportiva, la reconfiguración del área, la creación de nuevos métodos y espacios de trabajo... Y también el diseño de la plantilla de la próxima temporada.


Juliá, apoyado en el adjunto a la dirección deportiva, Albert Valentín, ha trabajado en los últimos meses en un doble escenario: con el equipo en Segunda o en Primera. Una vez desactivada la opción del ascenso, se han evaporado varias de las opciones que se tenían avanzadas o estudiadas en caso de regreso a la máxima categoría. Entre otras, la apuesta por el fichaje de Fran Mérida, del Huesca, una operación en la que el Zaragoza no descartaba abonar la cláusula de rescisión de 500.000 euros del mediocampista. O las gestiones con el Real Madrid, bien encaradas, para que dos de los frutos de su cantera defendieran al Zaragoza en Primera División: Mariano Díaz, goleador del Castilla, y Diego Llorente, polivalente futbolista que ha jugado cedido en el Rayo esta última campaña y que acaba de estrenar internacionalidad con la selección española. Había más vías abiertas. Pero ahora Juliá deberá rebajar el listón y acelerar los pasos marcados en la hoja de ruta del equipo para Segunda División.


Hasta ahora, pese a la decepción que ha supuesto finalmente la apuesta por Lluís Carreras (fue la cuarta-quinta opción para relevar a Popovic), en el club se sigue valorando el trabajo de Juliá, especialmente, con el punto general de mejora que significaron varios de los refuerzos invernales, casos de Guitián, Lanzarote, Culio hasta sus problemas físicos o Javi Ros, que elevaron notablemente el nivel de la plantilla.

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