"La disciplina es más importante que la genética"

-En los últimos años ha saboreado el éxito deportivo gracias al triatlón. ¿De pequeña también le gustaba ganar en todo?

-La verdad es que sí. Aunque más que destacar, me gusta el espíritu de superación, ponerte unas metas y poder llegar a ellas.

-La Educación Física sería también su asignatura favorita.

-Sí. Además, aunque las chicas no hicieran deporte y se quedaran en las vallas, yo ya jugaba a fútbol y a baloncesto con los chicos.

-¿Cómo le picó el gusanillo del triatlón?

-Hice muchos años baloncesto y llegué a un campeonato de España con la selección aragonesa, pero me partí la nariz y luego todos los golpes me iban allí así que lo dejé. Seguí haciendo deporte para prepararme las oposiciones de bomberos y corría, iba en bici y nadaba solo para mantenerme hasta que conocí a mi entrenador, Luis Manzano y me metió en esto. Siempre me había llamado la atención el triatlón, pero no había dado el paso. De hecho tengo 38 años y hace solo 4 que compito.

-¿Eso es muy tarde?

-Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, pero para poder despuntar sí, aunque pienso que todavía no he tocado techo.

-¿Exige muchos sacrificios?

-Llevo una disciplina de entrenamientos, pero disfruto. El día que no lo haga, me dedicaré a otra cosa. Para mí es una forma de vida. Allá donde voy, viajo con el kit de nadar, de correr y de bici.

-Fue la nº 1 de su oposición de bomberos en Huesca y ahora está acostumbrada a ese mismo puesto en las competiciones. ¿De cuál se siente más orgullosa?

-Lo de la oposición de bombero fue una casualidad, aunque es un trabajo que me gusta, que me llena y en el que tengo ganas de seguir creciendo y formándome. Pero de la parte deportiva también me llena ver lo que he logrado con todas las horas de entrenamiento que meto día a día.

-Después de subir al primer cajón en varios Regionales acaba de lograr su primer título nacional en el Campeonato de España de Duatlón por equipos. Eso son ya palabras mayores.

-La verdad es que solo fui un eslabón de la cadena, pero estoy muy feliz porque esta temporada decidí tirarme a la piscina yéndome a uno de los mejores clubes de España, el Diablillos de Rivas de Madrid, teniendo otras puertas abiertas y parece que tomé la decisión acertada. Poder estar con un club así es algo que no puedes dejar pasar y los años que me puedan quedar de estar allí arriba, los voy a intentar aprovechar.

-¿Su sueño deportivo?

-Todo triatleta sueña con ir al Mundial de Ironman en Hawai, pero creo que de momento es algo que está bastante lejano. Mientras tenga chispa, voy a seguir disfrutando de las distancias cortas.

-Nadar, ir en bicicleta o correr. ¿Cuál se le da peor?

-Aunque no se lo crea la gente, no me gusta correr porque es lo que más me lesiona. La disciplina que más disfruto es el triatlón de verano sin ser tampoco una gran nadadora. Porque aunque en Aragón sí que destacas en los triatlones, luego sales de aquí y te das cuenta de que no nadas nada. Yo hice natación de pequeña pero muy pocos años. Si hubiera elegido la natación en lugar del baloncesto, otro gallo me cantaría. Porque es más fácil siendo nadador aprender a montar en bici y a correr que al revés.

-¿La resistencia para poder completar un triatlón le viene en el ADN monegrino?

-No sé si me viene de la tierra o no, pero sí que soy una persona bastante tozuda, tenaz y con espíritu de sacrificio. A mi nivel, la genética no es tan importante como entrenar y llevar una disciplina. Otra cosa es para ser campeón del mundo. Allí quizá la genética sí que influya muchísimo.

-Cada día hay más duatlones y triatlones populares. ¿Hay que ser ahora un súper hombre o una súper mujer para hacer deporte?

-Afortunadamente hay muchas pruebas para poder iniciarte. Mucha gente tiene el concepto de que cuanto más duro sea el deporte, mejor, pero son modas. Cada persona tiene que dedicarse a lo que está preparada porque luego pasan cosas en las carreras.