Si el objetivo del Huesca es mantener la categoría, a día de hoy, cuando se atraviesa el ecuador de la competición, el equipo ha cumplido con sus deberes, ya que tras cerrar esta primera vuelta el pasado domingo contra el Lugo, los puestos de descenso quedan a dos puntos. Pero si tenemos en cuenta el casillero de los oscenses, los 22 puntos que atesora se encuentran por debajo de esa línea imaginaria de 25 que representaría el ideal, si tenemos en cuenta que en años anteriores la permanencia se fijó en torno a los 50 puntos. Por tanto, puede tener dos lecturas el ‘foto finish’ de la situación del equipo después de consumir esta primera etapa de la competición, pero las valoraciones se multiplica si nos fijamos en la trayectoria y los números que han llevado al equipo hasta su situación actual.

Desde el vestuario, incluido el cuerpo técnico, se desechan estas consideraciones y se apunta a que la liga es una carrera de fondo, en donde lo que importa es llegar vivo al final. Confían así en que el equipo siga una línea ascendente de aquí al cierre del calendario que permita recortar todos esos puntos que, por varias circunstancias, se han ido dejando en el camino en esta primera vuelta. Para ello hay que pulir todos esos errores que han lastrado al equipo y confiar en un mercado invernal en el que los movimientos se resisten en llegar, pero que, se supone, dará aceite a esos engranajes del juego oscense que por el momento más se atascan y entre los que la ausencia de gol sobresale especialmente.

Para avalar el pensamiento de la plantilla, los números de las anteriores temporadas en las que el Huesca militó en Segunda División confirman que es posible enmendar con una buena segunda vuelta, una primera más renqueante. Solo en año en el que los oscenses descubrieron la categoría, en la temporada 2008/2009, se logró llegar a la mitad de la temporada con más de 25 puntos, en concreto fueron 29 de los 53 con los que se finalizó el curso. En las dos ocasione siguientes el aprobado fue raspado, con 25 puntos justos en la primera vuelta, y en ambas ocasiones se consiguió la permanencia con más o menos solvencia en el siguiente tramo de la campaña. También se logró compensar en la segunda vuelta del calendario los 18 puntos con los que se cerró la primera en la temporada 2011/2012.

Pero si bien es verdad que el histórico del club refleja que nunca se ha hecho un inicio de campaña con unos números tan negativos en casa, ya que el Huesca solo ha logrado 7 puntos en El Alcoraz en estos meses, y que quedan muy lejos de esos 21 con los que se cerró la primera vuelta en el año del debut en la categoría, referencia siempre por lo brillante de sus cifras a pesar de la situación de recién llegado a Segunda.

En el apartado de goles, tanto a favor como en contra, y que tanto preocupan en el momento actual del equipo azulgrana, ya que lleva desde el pasado 31 de octubre sin lograr dejar su portería a cero, y la sequía de sus delanteros es más que evidente, los números de anteriores campañas invitan a la esperanza, ya que la estadística goleadora actual se enmarca en la media otros años.

No obstante, esos factores siguen siendo el factor a pulir para lograr salvar con el menor sufrimiento posible la categoría, ya que si extraemos de manera individual cualquier partido de los 21 jugados hasta el momento por el conjunto de Anquela, antes incluso de su llegada al banquillo, observamos que los oscenses han sabido competir ante la gran mayoría de rivales, con mejor o peor resultado.

La alarmas saltan al completar en conjunto al trayectoria azulgrana, pues se observan unos debes en su juego que se han repetido desde el 2-3 con el que se comenzó la competición allá por el mes de agosto. Incluso el equipo ha perdido cierta contundencia defensiva con respecto a esos primeros pasos de la temporada. El mercado invernal en ataque y un posible cambio de sistema atrás se presentan, por tanto, como la gran esperanza para acabar de engrasar la máquina azulgrana.