Windsurfistas de agua dulce

Para llegar al mar desde Boquiñeni habría que recorrer 174 kilómetros en línea recta hacia el norte, hasta San Sebastián, o 210 hacia el sureste para llegar a Vinaroz, en Castellón. Sin embargo, esta localidad zaragozana está a punto de acoger su primer Campeonato de España de Funboard Windsurf, que dejará por primera vez el agua salada del mar para trasladarse al interior. Esta sorprendente situación es posible gracias al embalse de La Loteta, que se ha convertido en un lugar de referencia para los amantes de los deportes náuticos relacionados con el viento, como el windsurf -deporte que se practica con una tabla similar a la del surf, pero con vela- o el kitesurf -con una tabla similar a la de 'snowboard' y una cometa-.

El embalse de La Loteta, cuyas obras se iniciaron en el año 1999, se creó con el objetivo de abastecer de agua potable a Zaragoza y su entorno. Su llenado comenzó en 2009 y poco tiempo después ya se había convertido en un oasis en medio del secano para los amantes de estos deportes.

“Cuando se anunció que allí se iba a construir un embalse todos los aficionados al windsurf o el kitesurf de Aragón y las zonas cercanas ya comenzamos a mirar de reojo. Al principio éramos una cuadrilla de zagales que íbamos a otras zonas, como La Sotonera, pero allí sacábamos 15 o 30 días de viento al año. Cuando comenzaron el llenado de La Loteta fuimos a probar y nos encontramos con un escenario inmejorable, y en los últimos años hemos llegado a salir 140 o 150 días al año”, asegura Rafael Puértolas, fundador y profesor del club Zsurf y uno de los primeros que navegaron en este embalse.

“Al principio lo hacíamos medio en secreto, porque no sabíamos si nos iban a permitir o no navegar allí, pero la situación se aclaró pronto -las tablas y piraguas de menos de 2,5 metros son complementos de baño, por lo que no necesitan permiso de navegación- y este lugar fue ganando en deportistas y en fama”, asegura Puértolas. Ahora son miles las personas que acuden cada año a La Loteta y en un fin de semana con buenas condiciones se han llegado a reunir alrededor de 200 windsurfistas y kitesurfistas en las tres zonas -norte, centro y sur- aptas para la práctica de estos deportes. “Es un escenario inmejorable. Y la principal prueba es el éxito que está teniendo”, asegura Rafael Urzainqui, del Club Windsurf Zaragoza.

“Viene gente del País Vasco, de Navarra, de La Rioja, de Madrid... La Loteta tiene un radio de influencia de al menos 300 kilómetros y en un día de buen viento es habitual que haya más de un centenar de personas. Hay gente que incluso viene en el día desde Madrid”, añade el responsable de Zsurf, quien tiene claro que La Loteta “es un proyecto de futuro para la región y para el deporte”.

Tanto es así que muchos se atreven a comparar este embalse con alguno de los paraísos de los deportes acuáticos relacionados con el viento, como Tarifa o Lanzarote. Incluso la nueve veces campeona del mundo de kitesurf Gisela Pulido ha navegado en aguas zaragozanas. “La Loteta es un lugar reconocido, y no solo a nivel nacional, sino también es en circuito internacional. Cada vez hay más gente de diferentes países de Europa que, de camino hacia el sur de España, hacen una parada en este embalse”, asegura Miguel Sánchez, presidente de la Federación Aragonesa de Vela, entidad organizadora, junto al Club Windsurf Zaragoza, del Campeonato de España de Windsurf Funboard en la modalidad de Freestyle que se celebrará durante el mes de noviembre -o diciembre, dependiendo del cierzo- en La Loteta. La primera opción es el fin de semana del 14 y 15 de noviembre, pero si la previsión no fuese favorable para la realización del evento, se pasaría al siguiente fin de semana, y así sucesivamente.

Un oasis en el secano

Que La Loteta se ha convertido en todo un fenómeno en el mundo del windsurf, el kitesurf y otros deportes náuticos, es una realidad. Pero, ¿cómo es posible que muchos de los deportistas que antes buscaban la costa ahora miren hacia el interior? “Si hubieran querido hacer un embalse con el único objetivo de practicar estos deportes no hubieran podido encontrar un lugar mejor”, asegura Puértolas.

“La depresión del valle del Ebro genera unas corrientes de aire que nos permiten tener las mismas condiciones, o hasta mejores, que en un sitio de costa”, completa Sánchez: “No tenemos que menospreciar este enclave por estar en el interior. Por ejemplo, para la modalidad de 'freestyle' -consiste en hacer maniobras o piruetas- se necesita viento y una superficie de agua plana, por lo que un embalse como este es incluso mejor que el mar”. No es el único que defiende esta tesis. “Para practicar estos deportes hace falta agua y viento. La primera la tenemos todos los días y la segunda, muchos. Además, como el embalse es tan grande en el centro se puede formar una ola de metro o metro y medio”, asegura Urzainqui, del Club Windsurf Zaragoza.

Las excepcionales características de este enclave han permitido que ya haya empresas dedicadas a este deporte en La Loteta, como Zsurf o La Loteta Sports, y la zona se está beneficiando de esta locura bañada por el agua y el viento. “La gente que acude a practicar, a las competiciones o a las concentraciones de clubes que vienen desde diferentes regiones, come y se aloja en los pueblos más cercanos, que ya están notando los beneficios”, explica el presidente de la Federación Aragonesa de Vela, entidad que está presente en la mesa de trabajo creada para potenciar este atractivo, junto a las comarcas de la Ribera Alta del Ebro o el Campo de Borja, los ayuntamientos de los municipios limítrofes -Gallur, Boquiñeni, Luceni, Pedrola y Magallón- o asociaciones de desarrollo local.

Los próximos pasos de los amantes de estos deportes, además de consolidar La Loteta como un escenario reconocido en este mundillo, son convertir el embalse en un escenario fijo en el Campeonato de España de Windsurf Funboard y, dentro de poco, que ocurra lo mismo con el kitesurf. “La organización está haciendo muy buen trabajo y seguro que todo sale bien y pronto tenemos también competición nacional del kitesurf”, desea Puértolas.