Del gimnasio a Estocolmo

Hoy no es un día cualquiera para el gimnasio Palladium, del barrio zaragozano de Montecanal. Sara Gómez, una de sus monitoras de ‘body balance’, volverá a dirigir una sesión de esta modalidad de fitness, como tantos otros días. Sin embargo, lo hará tras regresar de Estocolmo, donde el pasado sábado participó en la final de ‘The One’, una competición mundial sin precedentes que organiza la empresa de deportes neozelandesa Les Mills International, con el objetivo de coronar al mejor instructor del planeta. A pesar de no llevarse el título, la aragonesa fue una de las 11 deportistas–75.000 de todo el mundo presentaron su candidatura inicial– que acudieron a la capital sueca, además de la única española.

"Ha sido toda una experiencia personal y profesional, es difícil de explicar, pero me siento muy orgullosa", aseguraba Gómez antes de subirse al avión que la llevó ayer de vuelta a España.

Todo comenzó el pasado mes de junio, cuando Les Mills promovió un concurso de coreografías de fitness a través de la plataforma You Tube. A él, concurrieron miles de instructores de ciudades como Toronto, Chicago, Melbourne, Berlín, Shanghái, Dubái, París o Londres. En España, la ciudad escogida fue Barcelona, y allí acudió Sara Gómez, que consiguió que su vídeo fuese elegido entre los 50 preseleccionados. "Fui la única española en pasar la eliminatoria y solamente el hecho de haber llegado a Estocolmo ya es un premio", asegura la zaragozana.

La prueba final se desarrolló en el Ericsson Globe Arena de Estocolmo, donde cada instructor realizó una coreografía de una modalidad distinta de fitness (‘body balance’, ‘body jam’ y ‘body combat’, entre otras) frente a grupos de personas que, voluntariamente, acudieron al escenario como si de alumnos de un gimnasio se tratase. De ellos dependió el devenir de los finalistas, porque el jurado valoró cada actuación "en función de la experiencia emocional creada a partir del baile y la música", según describe la instructora del gimnasio Palladium.

A pesar de sus nervios iniciales, Gómez reconoce que confió siempre en sus opciones, sabedora de que el inglés, lengua en que se desarrolló la prueba, era un hándicap para ella, pero afirma que la clave "residía y reside en hacer disfrutar a la gente con el fitness", más que en el mero ejercicio o la memorización de los pasos de la coreografía.

Una de las estampas más curiosas que dejó la final de Estocolmo fue la de los finalistas haciendo turismo por la ciudad escandinava, el reflejo de que, entre ellos, se tomaron la competencia no como un síntoma de rivalidad, sino como un medio de aprendizaje para el futuro.

Tampoco le ha faltado el apoyo a la zaragozana desde que supo que tendría la oportunidad de defender su coreografía en tierras suecas. Todo el gimnasio Palladium se volcó con ella, empezando por su director, Borja García, que es, además, su marido. "Están todos muy involucrados con las clases de ‘body balance’, y por eso saben que he competido en algo muy grande. Antes de viajar a Estocolmo, hice varios ensayos con mis alumnos y alumnas, que están muy felices de que haya llegado tan lejos", relata una emocionada Sara Gómez.