Agapito ingresa hoy el dinero en el juzgado

Los nuevos propietarios del club expidieron un talón nominativo por el primer pago, de 50.000 €, lo que ha demorado su depósito en la cuenta del juzgado que instruye el caso Naves

Agapito Iglesias.
Agapito ingresa hoy el dinero en el juzgado
J. M. M.

El empresario Agapito Iglesias ingresará hoy en la cuenta del Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza los 50.000 euros que ha cobrado por el primer pago de sus acciones del Real Zaragoza. El instructor del caso Naves, Francisco Picazo, dictó un auto el pasado viernes en el que le daba un plazo de 24 horas para depositar el dinero, aunque el empresario le trasladó ayer que se haría efectivo en las próximas horas por una cuestión de procedimiento.


El contrato de compraventa de las acciones del club, firmado el pasado miércoles, tan solo obligaba a los nuevos propietarios a pagar inicialmente 50.000 euros, que debían ingresar por transferencia en una cuenta del Banco Popular en menos de 24 horas. Sin embargo, los nuevos propietarios expidieron un talón a nombre de Zaragoza Sport Arena XXI, la sociedad tenedora del 90% de las acciones de la entidad deportiva. Según explicaron fuentes cercanas a Agapito Iglesias a este diario, el cambio en la forma de pago les impidió hacer ayer efectiva la transferencia a la cuenta del Juzgado. Ysubrayaron que la orden ya está dada.


El anuncio de Agapito Iglesias de ingresar el dinero coincide con el nuevo auto del juez Picazo en el que rechaza de plano los argumentos planteados por sus letrados contra su decisión de retener el dinero de la venta de las acciones del club para hacer frente a la fianza conjunta y solidaria de 18,8 millones, que deben afrontar tanto Iglesias como el resto de imputados en el caso, Ricardo García Becerril, Carlos Esco y Miguel Ángel Pérez. En la línea de los últimos escritos cruzados entre el magistrado y los representantes del ya expropietario del Real Zaragoza, aquel les reprocha su nuevo "claro intento" de descalificarle al tildar la medida cautelar de "improcedente" y al propio juez de "falto de imparcialidad y objetividad". Los abogados le decían que difícilmente podían adoptar esa medida pues no se había producido la venta de acciones, a lo que el juez responde que el devenir de las cosas ha demostrado que así ha sido. Picazo califica de "verborrea argumental" y de "endebles" los argumentos de los letrados.