GASTRONOMÍA

Casa Emilio, lugar para comer y para el encuentro de varias generaciones

Se acaba de reeditar el libro que recoge la historia de este emblemático restaurante zaragozano, que ya ha cumplido 70 años.

Emilio Lacambra, flanqueado por sus hijos Guillermo y Emilio.
Casa Emilio, lugar para comer y para el encuentro de varias generaciones
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Eran las 10 de la mañana del 7 de octubre de 1939 cuando abría sus puertas, en el número 5 de la avenida de Madrid, el restaurante Casa Emilio, gracias a los desvelos de Emilio Lacambra y Carmen García y de sus dos hijos, Emilio y Guillermo, que en aquellas fechas rehacían sus estudios, interrumpidos por la guerra civil.


En los primeros tiempos, el local servía alrededor de medio centenar de comidas y unas veinticinco o treinta cenas. Emilio Lacambra García, que por entonces contaba con 23 años, contaba que su primer servicio lo dispensó a doña Maribel, vecina del número 2 de la misma avenida de Madrid, que trabajaba en el famoso Royal Concert (luego Salón Oasis). "Después de saludarme, me pidió un vermut rojo. Se lo puse en un vaso y cuando le apliqué el sifón, por la fuerza de este y la forma esférica del interior del recipiente, se produjo un efecto Geiser de tal virulencia que su vistoso vestido adoptó caprichosas formas estampadas". Esta es solo una de las anécdotas y detalles que se cuentan en el libro 'Casa Emilio. 70 años de Historia', que se acaba de presentar en este popular restaurante.


Las cosas fueron bien desde el principio, así que en 1942 se produjo la primera ampliación. En los años cuarenta, la clientela de la casa tenía un fuerte componente obrero, por lo que la cocina se dirigía a satisfacer la necesidad de alimentación más que a los placeres gastronómicos. Por aquel entonces, los platos más populares eran las judías blancas estofadas, la sopa, el estofado de cordero, las pepitorias, los callos y menudillos de pollo, la merluza a la romana y el ternasco asado. Mención especial merecían las manitas de cerdo rebozadas y los higaditos en salsa y la liebre. En aquellos años, lo mismo se daban cita en el local destacados amantes de lo ajeno como miembros de la brigadilla antirrobos de la Policía. Había muchas tertulias taurinas y abundantes conversaciones deportivas.


En 1962 se produjo una nueva ampliación del negocio. En 1963, se incorpora definitivamente al negocio Emilio Lacambra Manzano, nacido en 1944, propiciando la llegada de clientes ligados a la lucha antifranquista, como lo estaba el propio Emilio. Muchas veces, a las reuniones acuden invitados famosos como Paco Ibáñez, Guillermina Motta, Nuria Feliú, José Sacristán o Carlos Castilla del Pino.

Una carta popular

Del 64 al 71 hay pocos cambios en la carta del restaurante. A mediodía, los comensales principales eran los transportistas que había por la zona buscando portes, y por la noche las mesas las ocupaban sobre todo los clientes progres. En 1971 se incorpora Guillermo, hermano de Emilio, y se van haciendo con la dirección de la empresa, que gestionan hasta hoy, aunque Emilio acaba de jubilarse. Los nuevos tiempos favorecen las nuevas creaciones gastronómicas, como la Pierna de San Jorge. La bodega también empieza a estar bien surtida de buenas botellas, que van sustituyendo paulatinamente a los vinos de granel.


En esa década, Casa Emilio se vincula a los más importantes acontecimientos históricos, como el nacimiento de 'Andalán', la presentación del recién legalizado Partido Socialista de Aragón y de otras formaciones políticas, muchos de cuyos representantes acuden, aún hoy, a menudo a comer al establecimiento, por su proximidad a las Cortes de Aragón. Por el significado que tiene el local, los cantautores del momento, como José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell o La Bullonera presentan allí sus discos.


A lo largo de todos esos años, Casa Emilio se convierte en la institución que es hoy en día, ofreciendo una gastronomía que está al margen de modas y acorde con los tiempos, la que piden y da satisfacción a los clientes, según Emilio Lacambra, que recuerda con nostalgia aquellos años en los que la historia de la ciudad e incluso de la Comunidad está muy ligada a Casa Emilio. Hoy ya no lo está tanto, aunque conserva ese marchamo de "lugar preferente para el encuentro libre y amistoso, para la cita fija y la ocasional", como recuerda Jorge Cortés en el prólogo de la edición del libro.

Este es uno de los escritos que se han incorporado a la publicación que se editó por el medio siglo de la casa de comidas. Además, se han añadido artículos de José Miguel Martínez Urtasun, Eduardo González Carriedo y del polifacético Luis Alegre, quien adjunta a sus impresiones una extensa relación de muchos de sus amigos con los que ha compartido cena en Casa Emilio, entre los que hay algunos tan mediáticos como David Trueba. Fernando Trueba también ha pasado por allí alguna que otra vez, como queda constancia en el dibujo titulado 'Autorretrato', que se incorpora a la nueva edición, junto con otros de Juan Luis Buñuel o Javier Tomeo, quien se desenvuelve muy bien con la ilustración.


Según Emilio Lacambra, esta nueva edición del libro sobre la historia del establecimiento viene motivada por la necesidad de satisfacer las numerosas peticiones de sus clientes y amigos, que no pudieron hacerse con algún ejemplar de las dos primeras ediciones, ya agotadas. El libro se puede comprar en las librerías Antígona, Cálamo y Los Portadores de Sueños. Lacambra no sabe cuál será el próximo capítulo de la historia de Casa Emilio. De momento, su hermano Guillermo está al mando del timón, pero el relevo generacional no está garantizado.