Tuca y Bertie
El pasado martes conocimos gracias a un informe del Gabinete de Estudios de la Comunicación Audiovisual que, debido al retraso del horario de máxima audiencia en los últimos años, las plataformas de ‘streaming’, en las que el usuario elige el qué, el cuándo y el cómo, les están ganando terreno a las cadenas de televisión tradicionales. El horario debe ser un factor importante, pero al final siempre primará el contenido. Porque si lo que el espectador va a ver es bueno, aguantará hasta horas más intempestivas que si le da igual lo que va a salir en su televisor. Ahora, pregúntese, ¿cuándo fue la última vez que trasnochó para ver el final de una serie? Por necesidad, digo, no por gusto.
El problema de las cadenas tradicionales es que el contenido es aburrido y con muy poca iniciativa para crear algo nuevo o sorprendente. Y llenando ese hueco está el ‘streaming’, con series como ‘Tuca y Bertie’, de Netflix. Una fábula de 10 capítulos cortos en la que se emplea, por fin, todo el potencial de la animación para adultos. Hay que abrir la mente para verla, porque no se sorprenda si los animales, plantas o tostadoras se comportan como humanos, si los vagones de metro son gusanos gigantes o si la animación digital deja paso a materiales como la lana por unos instantes.
Esta serie, creada por Lisa Hanawalt, autora de los dibujos de la ficción ‘Bojack Horseman’, está protagonizada por dos pájaras –sin machismo, son un ave cantora y una tucán– que deben mantener su amistad aunque dejen de convivir por primera vez en muchos años.
Bajo la apariencia de ficción para adolescentes –está repleta de música electrónica y precariedad laboral, que eso sí es característico de la juventud actual–, ‘Tuca y Bertie’ trata con profundidad y visión amplia el movimiento feminista, los abusos sexuales o las relaciones humanas, aunque se desarrollen entre pájaros. Por cierto, aunque parezca una serie cómica –y vaya si lo es en algunos momentos–, no por ello renuncia a la nostalgia, la emotividad o los miedos profundos. Y, ahora, pregúntese: ¿cuándo fue la última vez que vio una serie así en la televisión tradicional?
