El 17 de febrero de 2013, La Bóveda del Albergue de Zaragoza celebró como cada domingo una velada de jazz en la que participaron varios músicos en su habitual jam session, además de contar con la visita de una banda llegada de Palma de Mallorca cuyos intérpretes ya habían tocado anteriormente en el escenario de La Bóveda, aunque esta vez incorporaban como novedad a un joven cantante portugués de 23 años llamado Salvador Sobral, quien además daba nombre a esta formación balear.

Nadie podía imaginar entonces que el vocalista de la Salvador Sobral Band iba a convertirse cuatro años después en el ganador del Festival de Eurovisión. El intérprete luso vino a la capital aragonesa para ofrecer un concierto en La Bóveda del Albergue junto al resto de músicos de la banda formada en Mallorca: Omar Lanuti (Guitarra), Pier Antoni Bujosa (Contrabajo) y Cristian Constantini (Batería).

“Imitaba con su voz el sonido de la trompeta y durante la actuación hizo varios solos. Y bastante bien, por cierto -recuerda José Juste, director del Albergue de Zaragoza-. Es un tío muy majo y el concierto fue entrañable”.

Salvador Sobral y su banda interpretaron aquella noche un repertorio de jazz instrumental en el que destacaba la calidad vocal del joven portugués: “Jugaba más con el sonido de los instrumentos que con la melodía de la letra”, rememora Juste.

“Como amante de la música me parece genial que haya ganado Eurovisión porque, precisamente, la música se ha impuesto al artificio propio de este concurso”, afirma el director del Albergue de Zaragoza. ‘Amar pelos dois’ es el título de la canción con la que Sobral ganó el pasado sábado el Festival de Eurovisión 2017, un tema genuino compuesto por Luisa Sobral, hermana del cantante.

“Como amante de la música me sentí orgulloso al ver que ganaba un músico de jazz en un festival en el que parece que todo tenga que ser espectáculo y grandes montajes. Salvador ganó solamente con su voz. Eso es algo que tiene que hacernos reflexionar a todos porque tal vez estemos perdiendo un poco el Norte en este sentido”, apostilla.

“No solo me alegro porque haya pasado por el escenario de La Bóveda del Albergue, sino porque desde el punto de vista musical es un acicate para todos los músicos que empiezan y trabajan desde abajo. Ha demostrado que al final David puede vencer a Goliat”, añade Juste.

Circo luso

Sobral se impuso en la pasada edición del Festival de Eurovisión interpretando una balada a contracorriente, solo en el escenario, sin ningún tipo de adorno y ajeno al circo mediático que rodea al concurso. El tema que cantó el músico lisboeta destacó frente a las coreografías y las canciones de estribillos pegadizos, más acordes al estilo eurovisivo, aunque su participación en Eurovisión no fue una decisión propia, sino de su novia, quien le inscribió en un concurso que el cantante nunca había seguido.

La visita de Salvador Sobral a Zaragoza tiene que ver con el estrecho vínculo que el vocalista portugués mantiene con España. Tras alcanzar la fama en su país al participar en el programa de televisión ‘Ídolos’ (versión portuguesa de ‘Pop Idol’), al tiempo que estudiaba la carrera Psicología, decidió marcharse con una beca Erasmus a Palma de Mallorca (España), al tiempo que comenzaba a interesarse por el jazz y a actuar en varios.

Después se trasladó a Barcelona para estudiar en el Taller de Músics y perfeccionar sus conocimientos sobre jazz. Durante aquella etapa actuó en Zaragoza junto a su banda y cantó entregado, como lo hizo en Eurovisión, arropado por el jazz y su talento en un concierto que unos pocos acertaron a presenciar.

Un templo del jazz con mucha historia

El Albergue de Zaragoza abrió sus puertas en mayo en 2008 en La Posada del Comendador (Predicadores, 70), un edificio rehabilitado en el que vivió Pedro de Arbués, el primer inquisidor de Aragón, hasta su muerte en 1485. Su bodega mozárabe data de mediados del siglo XV y la casa fue erigida en el XVII.

Además de su función como alojamiento, con capacidad para 180 personas en 40 habitaciones, su bóveda sirve de sala multiusos en la que se realizan todo tipo de actividades culturales, con especial atención a la música. Cada domingo, a las 20.00, el jazz envuelve este espacio con actuaciones de bandas e improvisaciones de la jam session.