Corea del Sur, Brasil, Chicago, Madrid… La agenda de Miguel Ángel Silvestre (Castellón de la Plana, 1982) se ha convertido en una locura después de que aceptara compaginar su trabajo en ‘Sense8’, la serie de Netflix dirigida por las hermanas Wachowsky –en la que interpreta a un actor latino (Lito Rodríguez) que sufre represión por ser gay–, y su regreso a ‘Velvet’. En la cuarta temporada de la ficción de Antena 3, todos los personajes dan por muerto a Alberto. "Le ha pasado algo muy importante en Estados Unidos que ha cambiado su vida", adelanta el protagonista.

Al final consiguió compaginar ‘Sense8’ con ‘Velvet’.

Cuando leí los guiones me gustaron mucho. Yo fiché por ‘Velvet’ para hacer dos temporadas, pero Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés (productores de la serie) se mostraron muy generosos e hicieron un esfuerzo inmenso para que pudiera hacer ‘Sense8’. Esa es una de las cosas que más me gusta de ‘Velvet’, que nace de unos productores ambiciosos pero que son puro corazón.

Un trabajo duro, supongo.

He llegado a rodar doce horas en Madrid e inmediatamente después viajar a Corea del Sur para grabar allí, volver a España y luego ir a trabajar a Chicago. Ha sido un esfuerzo total.

Acabará hecho un lío con el ‘jet lag’.

Sí, lo del ‘jet lag’ es horrible, pero imagínate los puntos Iberia que tengo ahora (risas). Yo quería hacer todo lo posible por estar en esta temporada de ‘Velvet’ y lo hemos conseguido; el otro día lo celebramos con los productores, nos bebimos dos botellas de champán y llegué a mi casa con una buena castaña.

¿Cómo será la reacción de Ana (Paula Echevarría), que le da por muerto?

Aunque esté cayendo un aguacero, nos dejamos llevar por nuestro destino. Por cierto, será la primera vez que hago de padre como actor.

Eso es que ya ha madurado.

¿Sabes lo que pasa? Que ahora, cuando llego al ‘set’, ya no soy el más joven. Estoy trabajando con un chaval que se llama Aitor, que tiene 6 años, y te lo comes. Es inevitable que me acuerde de mi sobrino, que tiene la misma edad. Lo cierto es que me encanta trabajar con niños. Además, él responde a todo, tiene un talento increíble, innato.

Le habrá cambiado la vida irse a Estados Unidos.

Mi vida sigue igual. Llevo como dos o tres años sin parar de trabajar. Cuando me llegó una serie como ‘Sense8’ me gustó por cómo habla de la empatía, teniendo en cuenta que los mayores referentes de mi vida han sufrido una represión como es Federico García Lorca o como una persona de mi familia, que venía en Navidad y nosotros la mirábamos con admiración porque era auténtica en un momento complicado. Lo que vive Lito es justamente la misma represión que tuvieron los homosexuales durante la dictadura de Franco.

¿Cómo está viviendo la popularidad?

¿Tú sabes lo que es llegar a Italia y que te digan en un restaurante que estás invitado por ser el prota ‘spagnolo’ de ‘Velvet’? A esta profesión le veo muchos peros, como que no puedo desconectar nunca. Pero esta mañana me he levantado pensando en lo impagable que es el cariño que generamos en el público. Te digo que incluso en la aduana americana ya no tengo que estar en cola para hacerme el visado.

Hace unos años no soportaba tanto esa presión.

Ahora me pasa todo lo contrario. Yo era insoportable, por el amor de Dios. Yo tenía mucho miedo, había interpretado al Duque en ‘Sin tetas no hay paraíso’ y yo soy mucho más hortera que ese personaje (risas). Lo pasaba fatal cuando los periodistas me hacíais entrevistas.