Somos parte de la luna

De todos es sabido, y de algunos más, la influencia de la Luna en las mareas, en las cosechas, el trasiego del vino y en todos los elementos líquidos. El propio hombre, como la gallina, la rata, el arenque o la espiga de trigo, está compuesto por alrededor de un 70 % de agua. Sin ir más lejos, nuestro cerebro contiene más de un 74 %, los riñones un 82,7, los músculos, sean grandes o pequeños, un 75,6. Sin olvidarnos de la sangre que, con un 83 % nos sustenta la vida. Hasta lo más duro, nuestros huesos, tienen un 22 %... ¡Si hasta en las rocas lunares y marcianas, descubren agua!

¿Acaso estos valores no nos hacen reflexionar hasta qué punto la incidencia de nuestra Luna sobre nosotros?... ¡Pues hay más! Sí, en nuestro comportamiento y carácter.

Vitalmente, para que todo funcione, debemos beber entre 1000 y 1500 gramos de agua diariamente, además de los 350 gramos de agua que produce nuestro propio organismo al quemar la glucosa. Solemos eliminar cada día entre 2000 a 2800 gramos de agua, repartidos entre las vías urinarias, la piel, los pulmones y los excrementos. No podemos alejarnos de ella, si los niveles bajan, podemos hasta morir...

Nuestra necesidad de Agua es vital, una persona no puede sobrevivir más de 3 a 5 días sin ella, la dependencia es absoluta. Hasta en el carácter nos domina, quien nace con Luna Llena goza más de un carácter extrovertido, el comportamiento más taciturno e introvertido, nos lo aporta la Luna Nueva, la que no vemos en el cielo.

La posición lunar al nacer es fiel reflejo del comportamiento de la persona a lo largo de la vida, puede mostrar al individuo de éxito, al depresivo "con patas", al genio, al poeta, o al mayor monstruo de la naturaleza.

Esa Luna que vemos en el Cielo, también habita en nuestra Alma...

Felices pesadillas.