Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Fin de semana sin fútbol en la radio…, ¡qué alegría!

Los parones de la Liga hacen que la palabra y la música con contenido vuelvan a las ondas de las emisoras generalistas.

Tom Waits sonó el fin de semana en la radio generalista durante un buen tramo de tiempo…, ¡un  milagro!
Tom Waits sonó el fin de semana en la radio generalista durante un buen tramo de tiempo…, ¡un milagro!
Michael O'Brien

Me gusta el fútbol, pero de manera contenida y concreta, en citas notables: la Champions, la Eurocopa, el Mundial, los clásicos Madrid-Barça…, pero un Betis-Eibar, un Getafe-Leganés, un Girona-Rayo… me la traen al pairo, más aún si los berrean por la radio.

Incluso el propio Zaragoza me importa un rábano, y más este Zaragoza de la última década, hecho de retales y de jugadores a porrillo comprados cada temporada en una especie de ‘todo a cien’ del fútbol. Imposible memorizar una alineación de estos últimos zaragozas, al menos servidor…, ¡ay!, aquel Zaragoza de los ‘magníficos’ de mi infancia en el que cualquier crío soltaba (soltábamos) de corrido la alineación: Yarza, Cortizo, Santamaría, Reija, Pepín, Pais, Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. ¡Qué tiempos gloriosos! Creo recordar que eran 15 pesetas lo que me costaba la entrada en infantil. Y sin el hooliganismo de ahora. Luego, con más posibles, hasta me hice socio del club en la época de los ‘zaraguayos’… Aquello era otra cosa, había nivel, pero estos últimos tiempos del agapitismo y demás es pura fruslería. No siento el más mínimo interés en ver un partido del Zaragoza y menos de oírlo por la radio, no digamos del Huesca, que ya empieza a pagar los platos rotos de su osadía, metiéndose en terreno que por tradición y presupuesto no le corresponde.

¿Y los sentimientos futbolísticos? Ídem de ídem, un rábano. ¿Qué es eso de sentir un club donde hay que buscar con lupa a un jugador de la tierra? ¿Qué representación o sentimiento puede transmitir un jugador senegalés, de Brasil, Francia o Portugal, que se enrola en un equipo por puro mercenarismo, por dinero? No entiendo a toda esa masa de forofos que hablan de sentimiento madridista, atlético, zaragozista… como si en ello les fuera la vida. Los sentimientos, creo, son para algo más próximo e íntimo, con motivación fundada en principios de humanidad, educación y familia, no en banalidades. “Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos”, escribió ilustrativamente Chesterton.

Quiero decir con todo esto que, como soy un amante de la radio, de la radio de palabra y música con contenido, vivo tardes de felicidad los fines de semana cuando se suspende la Liga por partidos internacionales o por fin de temporada y entonces se apaga el metralleo continuo en todas las emisoras generalistas de las retransmisiones futboleras. ¡Qué horror, mover el dial y darte de oídos con la berrea de locutores chillones gritando un gol o una jugada como si el mundo explotara! Pausa para una gloriosa excepción: Salvador Asensio, que es hombre de la vieja escuela, o sea, pausado y nada gritón, y con un divertidísimo y sempiterno humor de perros en contra de los árbitros. Me divierte escucharle. El único.

El parón permite pues que la radio de palabra y música con contenido aflore de nuevo a las ondas. Este fin de semana, que afortunadamente ha habido ese ansiado parón, he podido sentarme en el sofá sonoro de la SER y escuchar dos magníficos especiales sobre Nina Simone y el primer disco de Tom Waits, ‘Closing Time’ (1973), cuando era más Eagles que él mismo, pero sublime, así como paladear el especial de Manrique y su socio Iñaki de la Torre en ‘El club de los acordes’ sobre la penetración del pop en la música clásica, que obviamente ha traído a colación a Pachelbel, Bach  Mozart o Dvorak (pronúnciese, Manrique, ‘vorsac’, como aquí se ha dicho siempre) sobre algunas de cuyas obras se han basado algunos hits poperos de gente como Procol Harum, The Farm, los Rolling, Miguel Ríos y hasta la propia Karina, que en sus tiempos jóvenes cantaba como los ángeles. Quizá, por falta de tiempo, se olvidaron de hacer referencia a grupos como Moody Blues, Deep Purple y Procol Harum intentando (con éxito) fusionar pop y clásica a toda orquesta en álbumes enteros, o los mismos Emerson, Lake & Palmer reinterpretando en clave rock el ‘Pictures At An Exhibition’, de Mussorgsky, o a Pulp y The Verve, por no dejar entre renglones el ‘A Day In The Life’ de los Beatles, precursor de todas estas mezcolanzas sinfónicas.

Y ese apagón ha propiciado que en la tarde del domingo el cine llegue a la SER, que en Radio Nacional se hable de literatura, que en la COPE, aunque sea ‘refriteando’, se escuche a Herrera haciendo entrevistas a prestigiosos médicos… Otra radio de fin de semana. Únicamente esRadio vive del metralleo fubolero, conectada, como hace indecentemente las tardes de todos los sábados y domingos a Radio Marca, en una retirada sin sustitutos de sus estrellas, que tienen más vacaciones que los viejos maestros de escuela, empezando por su jefe supremo, el acorazado potemkin de las ondas sublevándose y repartiendo leña contra todo lo que se mueve, Jiménez Losantos.

No tiene importancia mientras las otras radios generales callen al fútbol, a ese palizón de horas y horas de publicidad, de chillerío, de comentarios tópicos, de banalidades sobre el talón lesionado de tal o cual futbolista y de mil cosas más a cual más fútil, que a ver en qué van a echar la larga tarde-noche los insoportables comentaristas futboleros, y vuelva la palabra y la música con contenido. La pena es que el oasis dura muy poco, es muy pequeño. El próximo fin de semana se reanuda la matraca. Aggg!!!

Como antídoto, bueno recordar aquel insigne primer disco de Tom Waits, aunque no se pareciera todavía en nada, o muy poco, al Waits nocturno, etílico y profundo de años siguientes.

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