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Dream Machine, a correr al pasado

El debut discográfico de Dream Machine, 'The Illusion', que alguna reputada revista elogia, me obliga a correr, a practicar un deporte ya habitual, pese a estar en una forma física ruinosa: salir disparado a la estantería a desempolvar viejos vinilos, en este caso de Deep Purple, Iron Butterfly, Uriah Heep, Birth Control, Grand Funk, Rare Earth... e incluso los mismos Doors. En un disco con apenas unos días en el mercado oigo sonidos más que reconocibles y añejos. Una muestra más de reciclaje del viejo rock. El original antes que la copia, dirán los más puristas. Un ejemplo más- dirán los más fatalistas- de la muerte del rock.


Mas salvados prejuicios y reseteando, incluso dejando el cerebro limpio de pasado, no es un pastel amargo. Sabe dulce y bien. Las voces, tanto masculina como femenina, resultan algo endebles para un género hard-rockero y garajero como este, si bien los dejes pop de la fémina exigen esta fragilidad, pero instrumentalmente dan la talla. También es apreciable el sonido glam que lleva cosido en las costuras más profundas.


Es el debut de este grupo de Austin (Texas) comandado por Matthew Melton, que antes fue el líder de dos bandas menores como Bare Wires y Warm Soda. A su lado, su esposa de origen bosnio, cantante y sobre todo teclista, Doris Melton, que pone la singularidad al brebaje con el órgano, mas el pertinente dúo de ritmo.


Ya digo, un disco y un debut más anecdótico que otra cosa. Mas así pensaremos quienes ya tenemos trillados kilómetros de vinilos de antaño. ¿Y los más jóvenes? Con toda seguridad que no será esta su apreciación. Incluso puede que, parafraseando a los Doors, al oír a estos tejanos se les abran las puertas de la percepción y no solo disfruten con estas canciones sino que viajen también al pasado y descubran las verdaderas raíces de lo que escuchan. Disco pedagógico se diría, que a fin de cuentas a todos nos ha pasado. ¿O es que por culpa de los Beatles y los Stones no descubrieron muchos tiernos infantes de los sesenta el ya viejo rock'n'roll de los cincuenta? Pues eso. Un poco de didáctica en el blog. Y que cada cual agite el tarro como más le plazca: saboreando el contenido o tirándolo a la basura. Personalmente a este tipo de reciclajes les doy la oportunidad como destino a los más jóvenes. Spotify o Youtube se lo ponen a tiro como novedad e igual les toca fibra, con lo que eso puede conllevar a continuación: emprender un fructífero viaje al pasado.