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Árboles protegidos



El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó el mes pasado la propuesta de ordenanza municipal del arbolado urbano, que regulará las actuaciones sobre el arbolado en materia de protección, conservación y catalogación. Hace falta, sobre todo tras la pérdida de valiosísimos ejemplares que por accidente o dejadez se cortaron en los últimos cinco años. Esta nueva ordenanza prevé proteger aquellos árboles que destaquen por su singularidad, rareza, interés cultural, ambiental o social. Además, el Ayuntamiento elaborará un inventario general de arbolado urbano en el que se hará constar, para cada ejemplar o agrupación, la especie, localización, procedencia, fecha de plantación e incidencias. También necesario, en vista de la gran cantidad de alcorques que todavía están vacíos en la ciudad.


Zaragoza tiene dos problemas respecto a su arbolado: la mala elección ocasional de las especies y las muertes por comportamiento incívico. En el primer caso, resulta triste el empeño de plantar árboles como el cercis siliquastrum (árbol del amor) o ciruelo rojo (prunus pisardii) que no dan sombra y apenas florecen. En el segundo, y a pesar de que hay ordenanzas que castigan las agresiones a árboles y plantas, es común ver ramas tronzadas y setos revueltos. Aún queda por avanzar.