“Algunos vecinos sacamos a varios residentes antes de la llegada de los bomberos”

Calma y tranquilidad. Esto es lo que se podía ver a primera hora de la mañana en los alrededores de la Residencia Santa Fe, donde este sábado por la noche perdieron la vida 8 ancianos y otras 12 personas resultaron heridas por el fuego. “Fue de repente, estábamos cenando en el porche y comenzamos a ver humo”, explica Pedro Marco. Su parcela está justo al lado de la residencia y solo les separa un verja, desde la cual, en muchas ocasiones ha entablado conversación con los ancianos que vivían allí y con el personal.

“Al principio pensamos que sería algún cigarro, pero nos fijamos y vimos que el fuego venía directamente de la residencia, así que salimos corriendo hacia allí”, sostiene Marco. Nada más llegar se encontraron con la cuidadora que estaba de guardia en esos momentos y que también ha tenido que ser ingresada por inhalación de humo en el hospital. “Estaba pidiendo ayuda y como tenían la puerta cerrada, saltamos la tapia para entrar en la parcela. De hecho, uno de mis amigos fue el que consiguió abrir la puerta de entrada a la finca”, recuerda Marco.

A los pocos minutos, otro vecino de la zona, que pasaba con el coche, se sumó al rescate. “Mi hijo y él subieron hasta la primera planta y fueron sacando a ancianos, que después yo llevaba hasta la calle con sillas de ruedas”, asegura Marco. Alrededor de un cuarto de hora después aparecieron los Bomberos y continuaron con las tareas de rescate. “Subir al segundo piso era imposible, además, los propios bomberos nos dijeron que no lo hiciéramos porque había riesgo de que se cayera el techo”, puntualiza.

Una vez el incendio estuvo controlado y los residentes atendidos, al hijo de Pedro Marco también le tuvieron que poner oxígeno. “Él está operado de pulmón y dentro de la casa sacando a los ancianos inhaló bastante humo, pero se encuentra perfectamente”, subraya su padre.

Un gran susto

“Verdaderamente fue un susto tremendo porque teníamos mucha relación con ellos, hablábamos con alguno de los ancianos y también con la dueña de la residencia”, recalca Marco. De hecho, esa misma tarde había estado conversando con uno de los posibles fallecidos. “Siempre que no estaban mis hijos se acercaba para entablar conversación, algún día almorzábamos juntos... es una pena”, se lamentaba.

Nieves Usán, una de las pocas vecinas de la zona, también se sorprendió cuando, mientras veía la televisión, comenzó a notar un olor bastante fuerte. “Me levanté del sofá y me fui a la habitación a llamar a mi marido, que ya se había echado a la cama, para que viniera a ver qué pasaba”, sostiene. Al principio, al no ver llamas, pensó que sería en una zona un poco más alejada, pero cuando llegaron los bomberos y la Guardia Civil, salió al balcón que da hacia la residencia y vio la situación. 

“No había ninguna llama, pero para entonces, estaba todo lleno de humo”, sostiene. A partir de ese momento, solo vio la entrada y salida de camillas y sillas de ruedas llenas y a unos vecinos intentando colaborar. “En esta zona no hay mucha gente porque algunos de los chalets están vacíos o a la venta. Verdaderamente cerca solo se encuentran los de al lado y nosotros”, especifica.