Los zaragozanos prefieren las incineraciones a los entierros tradicionales. Desde 2008, hay más incineraciones que inhumaciones en el cementerio de Torrero y este año continúa la tendencia. Desde el 1 de enero hasta el 21 de octubre, se han realizado 2.352 incineraciones (57%) y 1.805 inhumaciones, según datos del Ayuntamiento de Zaragoza.

En los diez primeros meses 4.157 personas han sido enterradas en el cementerio de Torrero y se espera que las cifras a final de año sean similares a 2013: con 6.084 fallecidos, 3.688 incineraciones (60%) y 2.396 inhumaciones.

Zaragoza fue una de las primeras ciudades de España en instalar un horno para cremaciones, en 1979, y desde entonces el número de incineraciones fue creciendo progresivamente. Hace tres años, se inauguró un jardín de cenizas y se remodeló por completo el tanatorio, con cuatro hornos y velatorios más espaciosos.

"Las familias cada vez más se decantan por la incineración y el cementerio se ha ido adaptando a los cambios sociales. Ahora, además, se está renovando el viejo tanatorio para hacerlo más acogedor y funcional. No hay problemas de escasez de nichos ni columbarios", subrayan desde el Ayuntamiento.Motivos culturales o económicos

"El aumento de las incineraciones se debe a motivos culturales y no tanto económicos. Muchas personas no quieren dejar una carga a sus seres queridos y prefieren que sus cenizas sean esparcidas en algún lugar especial. Ha cambiado la mentalidad respecto a los entierros. Mucha gente mayor tiene claro ahora que prefiere la incineración", apuntan desde la funeraria El Paraíso.

"La incineración es un poco más cara que un entierro convencional, porque además de los elementos básicos hay que añadir el horno y la urna, que incrementan el precio. Pero luego las familias no tienen que sufragar el coste de mantenimiento del nicho", apuntan.

En esta funeraria (que forma parte de la Asociación de Funerarias Aragonesas) un servicio básico de incineración cuesta 2.300 euros más IVA y el de inhumación, 1.900. El coste de una inhumación "de lujo" (con flores, servicio de velatorio, esquelas, placa, lápida, etc.) ronda los 6.000 euros.