El ‘cohousing’ (o covivienda en español) es un modelo de residencia que nació en Dinamarca a finales de los sesenta y que en la actualidad se está introduciendo en España y también en Aragón. Se trata de un grupo de personas con perfiles e intereses similares que deciden vivir juntos y forman una cooperativa, se construyen o reforman un inmueble y lo dotan de unos amplios servicios comunes para todos los socios cooperativistas, cada uno de los cuales tiene cedido el uso de un apartamento. En Aragón está el precedente de la residencia San Hermenegildo –cuya construcción va a empezar en breve junto a Dinópolis– y, en el caso de Zaragoza, la que está considerada como la primera cooperativa de ‘cohousing’ de la ciudad se constituirá tras el verano y estará formada por alrededor de 90 socios. De los pasos administrativos para fundarla se está encargando la gestora Gestihabitat, que está negociando la compra del apartotel de la Expo para que la residencia se ubique ahí.

Esta es la primera opción que se contempla para que sea la sede de esta residencia ‘cohousing’ para jubilados, pero Gestihabitat también ha tanteado otras posibilidades dentro del entorno de la Expo. La mayoría de estas segundas opciones son comprar un terreno sin uso y a partir de ahí empezar a construir el inmueble. 

Desde el banco Espírito Santo, actual propietario del apartotel, señalaron que desde enero de este año han aparecido varios interesados en adquirir el inmueble y que la intención de la entidad es vender este activo. También contemplan la posibilidad de dar financiación a la empresa que adquiera el apartotel para que termine de construirlo y reformarlo en su caso.

El modelo de ‘covivienda’ se basa precisamente en un sistema de colaboración entre los socios y de ahí que, una vez constituida la cooperativa, se cree una asamblea para tomar de forma conjunta y democrática las correspondientes decisiones. Según explica el gerente de Gestihabitat, Carlos Pérez, serán los socios cooperativistas los que determinarán finalmente dónde se instala la residencia tras presentarles diversas opciones. Lo mismo ocurrirá con los servicios comunes que dispondrán:habrá diversas propuestas.

En cualquier caso, el proyecto base incluye entre 80 y 100 apartamentos, que tendrán uno o dos dormitorios y valdrán entre 100.000 y 110.000 euros para los de una habitación; y entre 130.000 y 140.000 para los de dos. Hay que decir que, en el modelo ‘cohousing’, la cooperativa es siempre la propietaria del inmueble y que sería cada uno de los socios quien tendría que pagar este dinero para que se le ceda el uso de un apartamento (en el dinero mencionado anteriormente, también se incluirá el disfrute de una plaza de garaje y un trastero). 

Los estatutos de la cooperativa son los que marcan cómo se puede salir de ella –ya sea por decisión propia o por fallecimiento del socio–, pero por lo general se suele saldar con la devolución íntegra de este dinero. «Este modelo no está hecho para especular, aunque cabe la posibilidad de que los estatutos indiquen que el precio sufra pequeñas revalorizaciones anuales», señala Carlos Pérez (es decir, a modo de ejemplo, sería como una subida anual del IPC). En el caso de que se fuera un socio, entraría otro (es habitual que se formen listas de espera).

A esto hay que añadirle después la cuota mensual que debe pagar cada socio para sufragar los servicios comunes de que dispongan, que en principio se ha cuantificado en unos 600 euros. El proyecto base incluye un servicio de enfermería 24 horas, salas para actividades y talleres, zonas de esparcimiento, lavandería, biblioteca y hemeroteca, comedor, cafetería, una sala de fisioterapia y la organización de conferencias, excursiones y similares.«Más barato que una residencia»

«En cualquier caso, sale mucho más barato que una residencia privada. Estamos hablando de unos 600 euros al mes, cuando el coste de una residencia privada en Zaragoza es de entre 1.500 y 1.800 euros mensuales», argumenta el gerente de Gestihabitat. De hecho, explica Pérez, suele ser habitual que el socio cooperativista venda su vivienda actual –o la alquile– para pagar su nuevo apartamento.

Como ya se ha mencionado, la base del modelo de covivienda, en este caso para personas jubiladas, es reunir a un grupo de socios cooperativistas con un nivel socioeconómico similar e intereses compartidos para que formen una auténtica comunidad, «que sean como una piña». En este caso, la cooperativa está abierta a todas las personas que tengan más de 55 años y que estén jubiladas, aunque tendrán preferencia los miembros de la Hermandad de Retirados de las Fuerzas Armadas de Zaragoza, porque son quienes, a través de Gestihabitat, han promovido la creación de esta cooperativa.

«El ‘cohousing’ para estas edades va dirigido a personas que no quieren ser una carga para sus hijos, pero tampoco meterse a una residencia para ancianos porque aún les queda mucha vida por delante y se encuentran en un buen estado físico. Es un lugar para vivir la última época de tu vida con las necesidades actuales y futuras cubiertas», añade Pérez.