Educación

"En una semana no me hubiese dado tiempo a estudiar"

Los exámenes de septiembre vuelven ocho años después. Unos 15.000 estudiantes aragoneses de la ESO intentan recuperar asignaturas pendientes.

Exámenes de septiembre en el instituto Goya
Exámenes de septiembre en el instituto Goya
MAITE SANTONJA

"¿Qué tienes?" pregunta un chaval a voz en grito apoyado en el cristal de la estación de cercanías de la avenida Goya. "¡Física!", le responde el otro alzando sus apuntes mientras atraviesa la puerta del Instituto. "¡Pues yo voy a bailar!", añade el despreocupado chico que entra con él al examen, sin mochila ni apuntes, mientras hace aspavientos con las manos y realiza un desmesurado movimiento de caderas.


Los exámenes de septiembre han vuelto y con ellos, los grupos de adolescentes con mochila han adelantado su reaparición a principios de mes. Hacía ochos años que las calles de Zaragoza no se percataban tan pronto del final del verano. Septiembre venía, como siempre, implacable el día uno, pero el sentimiento otoñal nunca llegaba hasta que las pandillas escolares retomaban sus apariciones diarias en las calles a la una del mediodía.


La DGA comunicó este año el retorno de las pruebas de septiembre para los alumnos de la ESO, sustituidas en 2003 por los exámenes extraordinarios de junio por decisión del Gobierno PSOE-PAR. La polémica ha estado servida durante años: mientras el 90% del profesorado se decantaba por septiembre, los padres preferían que su hijo 'se limpiase' en junio para que pudiese disfrutar tranquilo del verano.


La realidad es que desde este lunes y hasta el miércoles, unos 15.000 estudiantes aragoneses de Educación Secundaria Obligatoria pasarán por las aulas de sus centros para intentar recuperar asignaturas pendientes. Ellos no parecen darle mucha importancia al cambio: "Yo prefiero septiembre porque así tienes más tiempo para prepararlos mejor", explica una chica mientras repasa los últimos folios frente al aula de examen. Ella tiene que recuperar dos asignaturas, su amiga, sentada a su lado y con unos nervios bastante más latentes, cuatro. "Claro que en una semana no me hubiese dado tiempo, pero tampoco me hubiese tenido que preocupar en verano", añade esta última impaciente.


El centro de Zaragoza se ha percatado del cambio: los adolescentes ocupan de nuevo los bancos de Independencia y las aceras de Gran Vía y Ruiseñores. Se mezclan con los universitarios en las escaleras del Paraninfo y se amontonan en el tranvía diez días antes de lo normal. Los exámenes de septiembre han adelantado, a la fuerza, el inicio del otoño.