Las zonas afectadas por la tormenta de ayer intentan volver a la normalidad

En Calatayud todavía hay barro en la ciudad deportiva y en Illueca el parque sigue inundado.

"En mis 60 años nunca había visto tanta agua", reconoce Víctor Redrado, teniente de alcalde de Illueca. La localidad carece de una estación meteorológica para saber qué cantidad de lluvia cayó, pero fue la suficiente para que el río Aranda se desbordara y anegase el parque cercano. Aunque el río ya ha vuelto a su cauce, el parque sigue inundado por el agua que ha quedado allí.


Illueca fue uno de los municipios más afectados por la tormenta que este jueves por la tarde descargó con fuerza en el oeste de la provincia. Su guardería tuvo que desalojarse por precaución, ya que el granizo tapó las salidas de agua y la lluvia comenzó a filtrarse. "Teníamos miedo de que se desprendiese el techo, como ocurrió en una nave", explica Redrado.  Este viernes se ha dedicado a limpiar el centro, aprovechando que los niños se iban de excursión. Para el lunes estará todo listo para volver a funcionar. 


La lluvia también se coló en algunas fábricas del polígono, aunque, tras achicarla, han podido volver a la normalidad. Las piscinas se han llevado peor parte y los vasos están llenos de barro, así que no se prevé que los illuecanos puedan darse un baño en ellas hasta el sábado por la tarde.


Las calles también muestran los estragos causados por la tormenta. El barro y las piedras procedentes de los montes siguen allí, por lo que los servicios de limpieza se afanan en eliminarlos.


Sigue la limpieza en Calatayud

No es el único lugar donde la lluvia ha dejado problemas. Calatayud sufrió la mayor tormenta en los últimos 49 años. La Agencia Estatal de Meteorología calcula que las tres trombas que cayeron durante la tarde dejaron 79 litros, aunque en algunas zonas como la de Margarita llegaron a los 97. 


"Desde 1965 no se registraba una tormenta tan fuerte en la ciudad. En un solo día ha llovido un tercio de lo que se registra en Calatayud durante todo un año", ha asegurado Pedro Serrano, responsable de la estación de AEMET en Calatayud.


Las precipitaciones consiguieron que se inundaran algunas calles en la zona baja de la ciudad, en especial la Rúa de Dato, que conforma un barranco natural. "En la puerta de Zaragoza el agua llegaba hasta la mitad de la ventanilla, había al menos un metro", explican desde el Ayuntamiento. Hasta el lugar tuvieron que desplazarse bomberos de otras localidades como Daroca para ayudar en la limpieza, que se extendió hasta la medianoche. Numerosos garajes se inundaron, por lo que el Ayuntamiento ha decidido que las personas afectadas puedan utilizar la zona azul de manera gratuita.


Las vías del centro de la localidad están ya limpias, aunque en la zona de la ciudad deportiva todavía se puede ver el barro que se formó y el aparcamiento sigue inundado y los bomberos continúan achicando el agua con bombas. El cementerio fue otro lugar donde el agua provocó problemas, aunque hoy solo queda algo de lodo para recordar lo sucedido.


En cambio, el polígono de La Charluca no sufrió las inundaciones de otras tormentas y solo algunas naves tuvieron problemas con la lluvia, aunque hoy han vuelto a la normalidad. Además, la tormenta provocó algunos cortes de agua y luz en algunas zonas, que se están intentando resolver lo antes posible.


Este viernes ha acudido a la localidad el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier de Pedro, para analizar el comportamiento de la canalización del barranco de Las Pozas. "Hemos comprobado que aunque ha funcionado adecuadamente y ha evitado una situación muy comprometida para la ciudad, hay una parte del agua que no se acaba de desaguar", ha explicado. Por ello, se tratará de realizar una mejora en la zona, aunque es técnicamente complicada, ya que el barranco es al mismo tiempo una calle.


Dos aleros desprendidos en Tarazona

Más afortunada fue Tarazona, donde la tormenta dejó 47 litros entre las 09.00 y las 21.00. El agua y el granizo fue abundante, pero no provocó inundaciones. Solo se registraron dos despendimientos de aleros de edificios, uno en la calle Teatro y otro en la calle Sol.


En el primer caso acudieron Policía y Bomberos para realizar la limpieza y vallar la zona. Esta mañana, una arquitecta municipal ha revistado su estado del alero. En la calle Sol, en cambio, los desperfectos fueron menores y solo requirieron la presencia de la agentes policiales.