Traca Final

Broche de oro a las Fiestas del Pilar 2023

La traca final y el ‘Somos’ de Labordeta ponen la guinda a uno de los Pilares más multitudinarios de los últimos años.

Los fuegos artificiales de este domingo, sobre el cielo de Zaragoza.
Los fuegos artificiales de este domingo, sobre el cielo de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Se acabó. El domingo más domingo de todo el año para los zaragozanos ha terminado por todo lo alto. Un espectáculo de luces ha iluminado la ribera del río Ebro y la basílica del Pilar para poner el broche de oro a una de las fiestas más multitudinarias de los últimos años, con récords de afluencia en actos como la Ofrenda de Flores o el Rosario de Cristal. Lejos quedan ya aquellos recuerdos amargos de unos festejos con mascarilla y evitando el contacto. Este domingo, en los puentes de Santiago y de Piedra, en el balcón de San Lázaro y en la arboleda de Macanaz la tónica ha sido muy similar: miles de personas, arremolinadas, disfrutando de los 800 kilos de pólvora de colores que estallaron por los aires para poner fin a nueve días de celebraciones.

Antes de la traca final, en el centro de la ciudad ya se respiraban aires de colofón. Precisamente, además del concierto de La Ronda de Boltaña en el escenario de la fuente de Goya, Gabriel Sopeña, al mando de su banda de músicos experimentados, han emocionado a los presentes entonando, cómo no, el ‘Somos’ de Labordeta, con el manto de la Virgen todavía lleno de millones de flores. Una estampa única. Antes, se ha recordado a Joaquín Carbonell y Mauricio Aznar, dos grandes vates ya fallecidos de la música de autor en Aragón. ‘Me gustaría darte el mar’ y ‘Apuesta por el rock&roll’ han sonado en la plaza del Pilar.

Fue un sentido adiós a las Fiestas del Pilar de 2023. Miles de gargantas cantaban el ‘himno’ de Labordeta, agarrados los unos a los otros, moviendo el cuerpo de lado a lado, conscientes de que el final de los festejos les pisaba ya los talones. Tristes, además, por ser un día laborable este lunes. "Pensamos que los fuegos artificiales podrían ser un poco antes, ya que mañana hay que levantarse para trabajar y llevar a los niños al cole. Este día lo vivimos con mucha pena por eso, porque se termina lo bueno y no hay tiempo para digerirlo", indicaba María José Castán, acompañada de las pequeñas Valentina y María, junto al Club Náutico.

No cabía ni un alfiler en la plaza del Pilar. Los que fueron al concierto, ahí se quedaron -quisieran o no, porque apenas se podía mover- para ver los fuegos artificiales que daban por cerradas las Fiestas del Pilar, un año más lanzados al aire por la Pirotecnia Zaragozana. Lo cierto es que en los alrededores del templo el gentío ya se acumulaba incluso una hora y media antes. Nadie quería perderse este espectáculo, ni los más pequeños, subidos a hombros de sus padres y madres, ni los más mayores, apoyando su bastón durante horas sin reblar. Las formas de palmeras, destellos y acrobacias luminosas han llenado el cielo de la ciudad de color. De hecho, explotaban a unos 150 metros de altura, para que su visibilidad desde diferentes puntos fuera mayor. En el puente de Santiago se encontraba la joven Lorena Trívez. 

En el puente de Santiago trataba de hacerse fuerte Lorena Trívez, que aseguraba que "hay que venir con suficiente antelación pero este es el mejor sitio para ver el fin de fiesta". La joven, acompañada de sus amigas, debatía sobre si lo que más se escuchaba anoche a orillas del Ebro eran los "fius" –del lanzamiento–, los "pum" –de la pólvora– o los "ooohs" –del gentío maravillado. También, en un suerte de estudio antropológico, calculaba cómo el silencio de expectación sólo se rompía cada cinco minutos con unos cuantos aplausos.

Había quien no paraba de mirar al cielo para no perderse ni un detalle, pero también estaban aquellos que repasaban con nostalgia los días vividos. "A mí los fuegos me hacen pensar en lo vivido en los últimos nueve días, así, como a modo de diapositiva, van pasando la feria de la cerveza, las ferias, los conciertos", decía Gonzalo Gargallo, en el paseo de Echegaray y Caballero. Otros echarán de menos las 24 horas del tranvía -especialmente los amantes de la noche zaragozana- o los ‘food trucks’, un evento ya consolidado en la capital aragonesa como uno de los favoritos por todos los públicos. Este domingo todavía permanecían llenos para el tardeo.

El Espacio Zity, de récord

No obstante, el rey de los eventos multitudinarios este año ha sido el Espacio Zity. Las carpas de Valdespartera han acumulado nueve días de conciertos, con el artista del momento, Quevedo, como cabeza de cartel, y otros también de renombre como Ana Mena, Melendi (un fijo en Pilares) o Lola Índigo. Este recinto es ya de por sí masivo para los jóvenes, que lo llenan noche sí y noche también con eventos como ‘I Love reggaeton’ o Global Music. Según datos aportados este domingo por los organizadores, seis de las nueve jornadas colgaron el cartel de ‘completo’, con todos los abonos ya vendidos varios meses antes de empezar el festival.

Tras la traca final, las calles del Casco han sido aún un hervidero durante unos minutos mientras los zaragozanos se recogían en sus casas. Unos iban hablando del ‘momentazo’ de Quevedo en el Espacio Zity, mientras que otros agradecían el doblete de Ana Mena, que actuó en la Multiusos y en la plaza del Pilar. En la mañana del lunes ya comenzarán a retirarse los escenarios de la plaza del Pilar y la ciudad irá volviendo poco a poco a su ser, aunque las ferias aún se quedan una semana más en Valdesparteras. Así terminan nueve días de fiestas, en las que las calles han respirado mucha diversión, emoción, devoción y hermandad. Comienza ya la cuenta atrás para los Pilares de 2024.

Así se terminan nueve días de fiestas. Las calles han respirado mucha diversión, emoción, devoción y hermandad (y han soportado mucha, mucha gente). Comienza la cuenta atrás para los Pilares de 2024.

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