toros

Si la trompeta se aplaude más que el clarín...

Puerta grande de De Justo repleta de cariño presidencial. La ovación de la tarde fue para la música de viento de la banda. Parecía Clarence Clemons con Springsteen...

Ledesma, Raúl Sanllehí, Mariano Aured y Blanca Viñuales.
Ledesma, Raúl Sanllehí, Mariano Aured y Blanca Viñuales.
Ruben Losada/FotografiArte

Los aplausos llegaron en el quinto y en el sexto. En el quinto, Emilio de Justo rentabilizó las cuatro carnes de Guajiro para cobrarse dos orejas que Ezquerra no se las hubiera concedido ni en broma. En el sexto, sonaron el clarín y la trompeta. El clarín para el ‘tararí’ convencional del cambio de tercio, y una trompeta que se escuchó como a Clarence Clemons cuando tocaba el saxo con Springsteen. He dicho se escuchó, no solo se oyó. Y si la trompeta se escucha más que el clarín, por mera deducción sensitiva, poco hay que ver sobre la arena...

Antes de nada, hay que aclarar que el clarín de La Misericordia suena bien. Incluso, notable. Pero es que lo de la trompeta de la Banda de Ejea en el último toro de ayer era pura delicia. Su interpretación del pasodoble ‘Dávila Miura’ fue maravilloso. El pasodoble se empezó a usar en el deporte de los cuernos para atraer a las plazas de toros a la gente. Después, se pensó en premiar al torero con la música y surgió durante la faena. Sin ninguna duda, es la mejor música para torear. Se ha ganado su sitio por derecho. Y su sitio fue ayer de privilegio. Tanto, que en el sexto se aplaudía más al trompeta de la banda que al propio Pablo Aguado... Junto a los aplausos en el quinto, el subrayado del festejo.

El día en que Talavante no se comió ni una cinojera, el premio se lo llevó Emilio de Justo. El premio de un torito potable y de un presidente (Moreno Gustrán) más tierno que Galván. Más expuso Borja Jiménez en el tercero del jueves, y se fue de vacío. Pablo Aguado, dicho está, superado por la notas de un pasodoble...

Además de música de la chachi, ayer también hubo barrito en barrera. Barrito del bueno, del que no mancha. En el patio de cuadrillas, saludando a los matadores antes de meterse a la capilla (los matadores, me refiero...) Raúl Aranda con Curro Vázquez y el letrado José Antonio Visús. En la barrera del 8, Paloma de Yarza López-Madrazo, presidenta de Heraldo de Aragón Editora, junto a su hija, Paloma Clúa, y Fernando de Yarza. En barrera del 3, Raúl Sanllehí, director general del Real Zaragoza, junto a Mariano Aured, director financiero de la entidad, y Blanca Viñuales, esposa de Aured. A su lado, también, Fernando Ledesma, portavoz del PP en las Cortes.

En el 4, Agustín Lasaosa, expresidente del Huesca. Agustín está ‘a gustín’, ahora otra vez tan cerca del Huesca. Seguimos con el deporte. En el burladero del 3, Manuel Zalba, miembro de Relaciones Externas de la Federación Española de Fútbol, con su prometida, Paula Ciordia. Arriba, en el tendido del 1, Reynaldo Benito, presidente del Casademont, con Fernando Planella. Y José Antonio Artigas, director general de la entidad. Abajo, en barrera, Fernando Arcega con Justo Rocafort. Más deporte: Pepe Bentué, de Helios, del Colo y de los Bentué de toda la vida, con Artemio Echeverríbar, a quien tanto espera la gente del balonmano del bueno. A su lado, Fernando López y Jesús Guerrero. Y mucha gente más. Hasta un casi lleno para ver torear a Talavante, sacar por la puerta grande a De Justo, y, sobre todo, para aplaudir una trompeta...

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