Joey Burns: "Cuando vuelvo a Tucson, guardo un rato para mirar por la ventana"
El cofundador de Calexico y su colega John Convertino lideran esta noche al grupo de Arizona en su concierto del Jardín de Invierno en Zaragoza, con los Reyes del Joropo (21.00) como abridores
Vienen con ‘El mirador’, un disco hijo de la pandemia. ¿Se nota cómo y dónde se hizo?
En aquellos días posteriores al miedo buscábamos sitios seguros para familia y amigos, donde poder reunirnos y sentirnos más a salvo. Sergio Mendoza, nuestro teclista, montó un estudio en su patio de Tucson. Yo, que me había mudado a Boise, en Idaho, volví a casa en Arizona, y John (Convertino, el otro miembro fundador del grupo) llegó desde El Paso (Texas). Nos reuníamos por primera vez en dos años, y las sensaciones de aquellas sesiones fueron increíbles.
Hay una alegría palpable en ese trabajo. ¿Buscada, o brotó así?
En vez de grabar un montón de cosas reflexivas, pensamos en canalizar la energía de nuestros conciertos a las nuevas canciones que fueron surgiendo. Era una forma de celebración. Además, como ciudadanos de frontera, siempre hemos sentido los ritmos latinos como algo familiar, así que aceleramos los ‘tempos’.Definitivamente buscábamos algo más ruidoso, que expresara el entusiasmo de estar vivos y poder juntarnos. Llegué al estudio con algunas ideas, pero al juntarme como Sergio y John las canciones fueron saliendo.
Ustedes son gente muy familiar. ¿Cómo llevan el asunto de las largas giras por el mundo?
Me encanta girar, y aprovechar el poco tiempo que tengo en cada sitio para conocer un par de cosas de la ciudad, sobre todo algún museo y un sitio especial para comer. Otros se van a correr o descansan en el hotel. Yo camino, como y miro. ¡Admito sugerencias en Zaragoza!
Este sábado les visitaron amigos españoles en el concierto de Madrid.
¡Muy buenos amigos! Con Jairo (Depedro) hablo a menudo, lo he hecho esta semana, sé que tocó en Zaragoza hace muy poco en un gran festival latino. Ha sido bueno tocar con él dos veces esta semana: es un gran músico, comunica muy bien. Le conocimos a través de otra gran artista, Amparo Sánchez de Amparanoia. Entre Jairo y Amparo hicieron una canción hace 20 años, ‘Don´t leave me now’, que grabamos juntos en Bélgica. Ahí comenzó nuestra amistad. Son buenas personas, y como músicos trabajan con profundidad y personalidad. Lo que hacen es maravilloso.
Se puede salir de Tucson, pero Tucson no sale de uno, dicen los que viven allá, incluso los que han actuado en el SXSW.
El álbum es una canción de amor a Tucson, sí. Aunque vivo lejos, tengo un set de instrumentos allá, mantenemos nuestra casa familiar. En una carrera de casi treinta años se van trazando círculos, pero al final siempre vuelves a casa. La pandemia me hizo extrañar todo: la gente, mis sitios favoritos... ahora, cuando vuelvo a Tucson, guardo un rato para mirar por la ventana, sin más, y renovar la conexión con mi casa, con lo que suena en la ciudad. Es una mirada panorámica, con ojo de águila. Cuando la gente viene en marzo al SXSW, la ciudad hierve en música. Es impactante.
A ustedes, sin embargo, se les asocia con la introspección, sus temas salen de adentro.
Cuando hago canciones no olvido de dónde vengo, y dejo que fluyan las emociones, lo que me hace sentir mi familia, mis hijos, mis amigos… también es fantástico viajar a Europa de vez en cuando. Crecí cerca del océano, en California, y era como un pájaro, mirando el mar desde el muelle.
Lleva casi 30 años de proyecto común con John. ¿Cómo manejan los roces inherentes a toda pareja artística y creativa?
¿Mi hermano John? No hay roces. Lo admiro y lo aprecio, es un gran tipo y puedo confiarle lo que sea, es el tipo de persona que te da tu espacio y te escucha; eso sí, cuando habla, todos escuchamos. Es un tipo muy divertido que adora a los suyos, ambos tenemos familias grandes.Además, su padre y mi auelo tocaban el acordeón. Amamos hacer ruido, tocamos en Giant Sand, pero tuvimos nuestro periodo más acústico en los 90, por eso empezó Calexico. Nuestro plan era sacar discos y ya está, la música fue y es nuestra vida. Todo lo que ha venido después nos ha cogido por sorpresa. ¡Está siendo fantástico!
