Rodrigo Cuevas, noche de romería en el Jardín de Invierno

El artista asturiano ofreció ayer una actuación llena de desparpajo en el parque Grande Labordeta

Rodrigo Cuevas, ayer, durante su concierto en el Jardín de Invierno
Rodrigo Cuevas, ayer, durante su concierto en el Jardín de Invierno
Javier Belver

Ayer se repitió en las Fiestas del Pilar un concierto con un cartel idéntico al que tuvo lugar en 2021 en la plaza de San Bruno, a cargo de la formación local Les Conches Velasques y Rodrigo Cuevas. Aquella cita tuvo límite de aforo –tiempos de pandemia– y la de ayer fue de lo más desaforada. El escenario esta vez fue el recuperado Jardín de Invierno, ya confirmado como un paraíso donde disfrutar de selectas citas musicales tanto en estas fiestas –y gratis– como en otras fechas.

La de ayer fue la tercera visita a Aragón en menos de dos meses del artista asturiano y reciente Premio Nacional de las Músicas Actuales, y no defraudó. Cuevas es todo un agitador folclórico. «Es una autodefinición para no tener que romperme mucho la cabeza. Me defino así porque trabajo desde la música tradicional, sobre todo, y me gusta aparte de simplemente hacer creación también hacer algún tipo de incitación», explicaba en una entrevista reciente en estas páginas.

El cuarteto zaragozano Les Conches Velasques abrió la velada con su folclore mudéjar y su música mediterránea con arreglos de rock y patrones rítmicos repetitivos, que sonaron en piezas como ‘Laurel’ o el poema musicado ‘Teruel’ de Miguel Hernández.

El público iba llenando el Jardín de Invierno conforme se acercaba la hora del principal reclamo, Rodrigo Cuevas, que incluyó en su repertorio varios temas de su reciente disco, ‘Manual de romería’, un homenaje al folclore astur en clave de cabaré.

El artista se metió al público en el bolsillo desde la primera canción:«¿Cómo estás Zaragoza? Pero cuánta gente hay aquí. Bienvenidos y bienvenidas a la romería mas importante de vuestras vidas».

Acompañado en el escenario por Mapi Quintana (voz, vocoder, contrabajo y percusión), Juanjo Díaz (percusiones y programaciones), Rubén Bada (guitarra española y eléctrica, coros y percusión) y Tino Cuesta (programaciones, sintes, coros y percusión), desplegó un concierto en el que mostró una vez más su desparpajo, luciendo cachirulo, cantando a la Virgen del Pilar, elogiando los melocotones de Calanda y hasta cantando ‘S’ha feito de nuey’. «Hay que cuidar la lengua, el patrimonio oral», defendió.

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