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Gran dimensión de Borja Jiménez ante los Palha en la Feria Taurina del Pilar 2023

Entregada actuación del diestro sevillano, que vio cómo el presidente le negaba la oreja del tercer toro. Sánchez Vara pasó de puntillas y Chacón resultó cogido. 

Derechazo de Borja Jiménez, el matador más destacado en la corrida de Palha.
Derechazo de Borja Jiménez, el matador más destacado en la corrida de Palha.
Javier Belver

El triunfador de la feria madrileña de otoño toreando la de Palha el día del Pilar. Suena a tiempos remotos, pero no. Mientras el Cid cubría este jueves la sustitución de Morante en las Ventas, Borja Jiménez daba cuenta de su momento -el dichoso momento que a unos les sirve y a otros no- en Zaragoza, que, considerando su gesto, lo sacó a saludar en el inicio de una corrida en la que los astados del mítico hierro portugués lucieron más en el caballo que en la muleta.

Suficiente para despertar un interés mayor que en anteriores tardes, en esa primera mitad de feria de ganado infumable. De ahí la pancarta que asomó en lo alto del tendido 4 -donde se sienta un sector de aficionados instruidos e inflexibles- para reivindicar el hartazgo con la empresa.

No fueron oportunistas. La podrían haber mostrado anteayer, el martes o el otro de antes. Lo hicieron en el encierro de Palha, queriendo decir que La Misericordia aspira, como poco, a lo que se vio en el día de la Patrona. A seis toros que, en sus distintas hechuras y comportamientos, aguantaron los tres tercios.

El más destacado en varas, por su entrega y el buen hacer del picador Tito Sandoval, fue el tercero. Y Jiménez, a base de verdad y de creer, obró una meritoria faena de cabeza, corazón y bragueta. De entender al animal perdiéndole pasos. De echársela al hocico y llevarlo. De exposición en cada cite, hasta enterrar una estocada tendida y algo caída que no evitó que se le pidiera con fuerza la oreja.

No la concedió injustamente el presidente, José Antonio Ezquerra, poniendo el listón muy alto para lo que queda de ciclo. A ver si se mantiene tal rigor con la llegada de las figuras (este viernes vienen Talavante, De Justo y Aguado) y sus abusos.

Este jueves, Jiménez estuvo hecho un tío en su debut en La Misericordia. Y culminó su actuación con otra labor valiente, comprometida, en la que el sexto de Palha, que también se había empleado en el jaco de Alberto Sandoval hasta derribarlo, no permitió el lucimiento.

Que vuelva cuando quiera. Se ganó el derecho en un tarde en la que Sánchez Vara no salió del carril de matador de corridas duras, con trasteos y poco más, y Octavio Chacón estuvo por debajo del burel más enclasado, ese bajo castaño que embistió con nobleza por el pitón izquierdo.

Lo mejor un par de series al natural, templadas pero de escaso ajuste. Después, con el zambombo que hizo de quinto, todo fue de uno en uno. Sin dejársela puesta. Sin ligazón. Sin meterse -ni meternos- en una faena en la que acabó siendo cogido antes de entrar a matar por segunda vez.  

Ficha

Plaza de toros de Zaragoza. Séptimo festejo del abono de la Feria del Pilar, de carácter goyesco, con más de un tercio de entrada en los tendidos. Volvió a sonar el himno nacional español antes de que se rompiera el paseíllo. Se lidiaron seis toros del hierro portugués de Palha, desiguales de presentación y de mejor comportamiento en el caballo que en la muleta.

Sánchez Vara: ovación y ovación.

Octavio Chacón: ovación tras aviso y silencio tras ser cogido antes de matar al quinto. Según el parte médico firmado por la doctora Pilar Val-Carreres sufre «contusión abdominal y posibles fracturas del segundo meta del tercer dedo de la mano derecha, del escafoides de la mano izquierda y del primer dedo del pie izquierdo».

Borja Jiménez: vuelta al ruedo tras petición de oreja y vuelta al ruedo.

Presidió José Antonio Ezquerra: riguroso en la concesión de trofeos.

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