Un hombre llamado Pilar: “Es un orgullo llevar este nombre”

El turiasonense José Pilar Sesma cumple hoy 73 años. En España hay solo 28 varones que se llaman Pilar. 

José Pilar Sesma, uno de los pocos hombres que llamados Pilar.
José Pilar Sesma, uno de los pocos hombres que llamados Pilar.
Camino Ivars

Dar con este vecino de Tarazona de 73 años no ha sido tarea fácil. No en vano, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España tan solo hay 28 que lleven ese  nombre -cuya edad media es de 74 años-, frente a 137.000 mujeres. En 2017 eran más de 70. Apenas una decena se encuentran en Aragón. José Pilar Sesma Úcar es uno de ellos: “Para mí es un honor llamarme Pilar, siempre lo he lucido con mucho orgullo”, afirma.

Y aunque admite que tiene un nombre “fuera de lo normal”, lo cierto es que tan solo basta pasar unos minutos con este zaragozano para saber que eso de pasar inadvertido no va con él. “Somos 23 de 40 millones que hay en España. ¿Cómo no ve voy a sentir especial?”, reivindica, orgulloso.

Destaca su capacidad de meterse enseguida a la gente en el bolsillo, y es algo que no dice él. Lo afirman sus amigos, Luismi Clemente y José Luis Pérez, con los que ha venido a Zaragoza este martes a ver las vaquillas a la plaza de toros, una de sus actividades favoritas de las fiestas del Pilar: “En Tarazona todo el mundo le quiere”, admiten.

Nació un 12 de octubre de 1949 y en la cabecera de la comarca del Moncayo es conocido por haber estado durante más de 45 años detrás de la barra de un establecimiento, El Búcaro. De ahí que poca gente sepa de su segundo nombre. En la zona los conocen como “Los Búcaros”. Era un negocio familiar que fundó su padre y dejó en manos de José Pilar y de su hermana, Rosa Mari, aunque finalmente fue él quien continuó con el legado familiar.

José Pilar Sesma, de botones en el Casino Amistad de Tarazona.
José Pilar Sesma, de botones en el Casino Amistad de Tarazona.
H. A.

Sin embargo, su historia detrás de una barra comenzó mucho antes. “Empecé trabajando de botones en el casino Amistad, tenía solo diez años”, recuerda. Allí hacía recados, entregaba correspondencia, vendía tabaco y trasladaba maletas de un lado a otro -ataviado con el típico traje y sombrero redondo, acompañado del carro con ruedas que aparece en las películas de época-. En definitiva, hacía “todo lo que hacía un botones”. De 1966 a 1969 trabajó en el bar Javi, hasta que en 1970 comenzó la andadura del negocio familiar.

“Siempre he pensado que yo no elegí la profesión de hostelero, creo que más bien fue al revés. Pero enseguida me enganchó”, admite. Con su labia, y unos ojos repletos de vida, afirma que ha tenido la vida que siempre quiso tener: “Me ha gustado siempre lo que he hecho. Si volviera a nacer, volvería a estar detrás de la barra de un bar”.

“He conocido hasta tres generaciones de la misma familia que se han acercado hasta mi bar. Eso es algo impagable. He sido muy feliz”, asevera. Casi tanto, como tener un nombre tan original. Y es que a sus 73 años -recién cumplidos- José Pilar -detesta que le llamen solo José. De hecho, no responde cuando le interpelan por este nombre.

Este martes, como antesala a su cumpleaños, celebraba además 47 años de casado con su inseparable María Pilar Navarro, con la que tuvo tres hijos; David, Raquel y Jorge. También son abuelos de dos nietos, Vicente y Naia.  “Nadie quiso seguir con el testigo familiar. Me dio pena, pero tocaba descansar”, asevera.

Con dos amigos, este martes después de salir de las vaquillas en Zaragoza.
Con dos amigos, este martes después de salir de las vaquillas en Zaragoza.
Camino Ivars

Un nombre en peligro de extinción

Sobre el hecho de ser uno de los últimos aragoneses -y españoles- en llevar este nombre, el turiasonense asegura que es “una lástima”. “Espero que no desaparezca, es un nombre muy majo, creo yo. Me gustaría que hubiera más, sobre todo en nuestra tierra, y en Zaragoza, más aún en un día como hoy”, reivindica, con orgullo.

Por su parte, este 12 de octubre celebrará su cumpleaños en familia, en Tarazona, disfrutando de los suyos como tanto le gusta. “Adoro a mi familia, a mis amigos y a las gentes de Tarazona. Me siento muy querido y afortunado”, asegura. También aprovecha estas líneas para mandar un saludo a la asociación de hosteleros de Zaragoza “que tanto me ha acompañado durante estos años”, concluye. Hoy es un día especial para todos los zaragozanos, pero, sobre todo, para aquellas y aquellos que se llaman Pilar.

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