fiestas del pilar 

Meses de trabajo para unas fiestas que, pese a la inflación, se esperan "de récord"

El recinto ferial de Valdespartera o la muestra de artesanía de los Sitios adelantaron su apertura al viernes, ya con mucha animación

El escenario de la plaza del Pilar, ayer.
El escenario de la plaza del Pilar, ayer.
Guillermo Mestre

Zaragoza está preparada para vivir los nueve días más esperados del año. Por el centro, ya se respiraba este viernes ambiente festivo y, como siempre hay quien no puede esperar para comenzar la celebración, los primeros cachirulos ya se dejaron ver sobre los hombros de más de uno. Aunque el Pilar comienza oficialmente este sábado, se pudo disfrutar de algunos de sus atractivos, como el ferial, que abrió sus puertas por la tarde volviendo a inundar Valdespartera de luces, música y algodón de azúcar con un buen recibimiento del público. También los artesanos de la plaza de los Sitios desplegaron sus puestos y se siguió sirviendo comida en las 'food trucks'.

Desde el Ayuntamiento, más de 500 personas, entre Zaragoza Cultural y las brigadas, han trabajado en meses pasados para que todo esté a punto. Culminó este viernes el montaje de los diez escenarios distribuidos por los barrios, que se sometieron a las pruebas de seguridad. También se dio el último visto bueno a todo lo que tiene que ver con la producción y se comprobó que el sonido y la iluminación funcionan correctamente para acoger este sábado los primeros conciertos.

A diferencia de otros años, según contaron fuentes del Consistorio, en esta ocasión, se ha notado que el empleo "se está moviendo más" en la ciudad, porque ha costado más tiempo contratar a todo el personal necesario para el funcionamiento de los escenarios. A lo que hay que sumar el efecto de la inflación, que ha incrementado los gastos en un 50%.

También los peñistas, que este viernes se afanaban en dejar listos sus locales, se han visto afectados por esto. Hasta un 40% calculan en Interpeñas que se ha incrementado el desembolso de estas agrupaciones, que en muchos casos han tenido que tirar de ahorros o incluso de derramas extraordinarias para poder preparar su programación. Aunque no ha sido motivo para perder socios, sino todo lo contrario. Hace semanas que no dejan de gestionar altas porque nadie quiere perderse las primeras fiestas pospandemia, que están llamadas a ser "de récord".

Es lo que esperan también los hosteleros. A pesar de que la inflación ha obligado a subir "algo" los precios, según el presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, José María Marteles, "las expectativas son muy positivas". "La realidad es que el público está eufórico. Tenemos las cifras de las fiestas de Huesca, Teruel y Pamplona y han sido una pasada. Esperamos que pase lo mismo con los Pilares", apunta.

Marteles asegura que la descentralización de las fiestas es positiva. "Se van a ver beneficiados más locales que otros años. Algunos, salvan el otoño con la facturación de estos días", expone. A eso se suma la ampliación del horario de cierre, ya que podrán bajar la persiana dos horas más tarde y en los veladores una hora los fines de semana y la víspera del Pilar.

El ocio nocturno también augura una afluencia similar. "Queremos recuperar los dos años que hemos perdido y pasar página de manera definitiva", asegura Alberto Campuzano, presidente de la Asociación de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas, que insiste en que son "lugares seguros".

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