La Ofrenda crece cada año en número de grupos participantes y también en la gente que decide ir por libre. Este año el Ayuntamiento ha dispuesto dos accesos para los oferentes que no van en grupo: por San Vicente de Paúl y por Don Jaime. Ambos recorridos se han colapsado por la mañana y los participantes han tenido que esperar hasta tres horas para poder llevar sus flores a la Virgen.

"Hay más gente que otros años. Solemos venir a la fila a las 9.00 y otros años para las 11.30 ya hemos pasado. Pero este aún nos toca esperar. Hemos estado casi una hora parados sin avanzar", comentaba José Manuel Calvo, con un grupo de unos 30 familiares, en el paseo de Echegaray.

A media mañana la fila de San Vicente de Paúl subía toda la calle, daba la vuelta por el Coso Bajo y llegaba hasta el instituto Pedro de Luna. Los que habían entrado por la plaza de Santa Engracia se quedaban atascados a la altura de la plaza de España. Todos aguardaban con paciencia, almuerzo, churros y juegos para los más pequeños.

"Llevamos casi tres horas de fila, pero merece la pena. Y traemos el almuerzo para el final, nos lo tomaremos como todos los años en las escaleras del Náutico", contaban José Manuel y su familia.