Disputa a tiros en Zaragoza: “Saqué el arma para intimidarle un poquito y se disparó sola”

Un hombre y su hijo se enfrentan a penas de 10 años de cárcel por la tentativa de homicidio de la pareja de su hermana. 

Los acusados, Daniel A. S. y Daniel A. D., este lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Los acusados, Daniel A. S. y Daniel A. D., este lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Resolver las diferencias escopeta en mano no les ha supuesto ningún beneficio a Daniel A. S. y a su hijo Daniel A. D. El primero lleva un año y medio en prisión provisional por intentar matar de un disparo a Óscar S. F., el que era compañero sentimental de su hermana Maricarmen A. S. El segundo, igual que su padre, se juega una condena de diez años de cárcel por tentativa de homicidio como coautor.

Este lunes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza, Daniel A. S. ha asegurado al tribunal que no quiso hacer daño a Óscar S. F., pero ha admitido que se presentó en la vivienda de este último en Villamayor con una Remintong del calibre 12 -denunciada por robo meses antes en Huesca- en el maletero del coche y una pistola de aire comprimido y sus cargadores. En todo momento ha tratado de eximir de responsabilidad a su hijo, que solo ha abierto la boca durante el juicio para decir que se acogía a su derecho a no declarar.

Daniel A. S. también ha admitido que es cierto que la víctima recibió un tiro de escopeta en la cara tras atravesar las dos ventanillas del coche tras el que se escondía, aunque acto seguido ha añadido que el arma “se disparó sola” a consecuencia de un “forcejeo” con su hijo cuando este quiso “impedir” que apretara el gatillo. “Saqué el arma para intimidarle un poquito” y porque “temía” por su vida, se ha justificado.

Sin embargo, Óscar S. F., que fue alcanzado con las postas en nariz, el pómulo, la frente, la boca y en un ojo en el que ha perdido prácticamente la visión, no ha contado lo mismo. Según él, al llegar a su casa vio a dos hombres armados dirigirse a él y se parapetó tras su furgoneta. “Vi como me apuntaba y me disparó desde el otro lado de la ventanilla. Creo que perdí la conciencia unos minutos. En ese momento Maricarmen empezó a gritar y a decirles que se fueran y aproveché y, como pude, me incorporé, me metí en coche y salí conduciendo mientras ella llamaba a urgencias”, ha relatado.  

En el fondo de este asunto está la relación que Óscar S. F. mantenía desde hacía tres años con la hermana de Daniel A. S., aunque la explicación que dio uno y otro también fue divergente. El acusado ha declarado que fue al domicilio del anterior, situado en el una zona conocida como Torre del Cacho, porque su hermana le había pedido que fuera a buscarla y la sacara de allí porque su pareja la “maltrataba”. Daniel A. S. ha negado que quisiera llevarse a su hermana por la fuerza porque se oponía a que siguieran juntos.

“Me había estado llamando porque no quería estar con él. Me llenó la cabeza de tonterías. Me dijo que le iba a hacer daño y que fuera a por ella antes de que él regresara”, ha contestado a la fiscal. Ha dicho que sobre las 13.00 del 17 de enero de 2023. acudió con su vehículo él solo y al acercarse a la casa salió Óscar S. F., le dijo que su hermana no se iba y sacó un “cuchillo” del bolsillo. “En ese momento llegó mi hijo dando gritos desde un cruce de caminos y aproveché para dar un golpe a Óscar, que cayó al suelo. Temí por mi vida y fui al maletero a coger la escopeta”, ha contado.

“¿No se le ocurrió montarse en el coche y huir?”, le ha preguntado la fiscal. “No”, ha respondido. También ha negado que cargara la escopeta. “Vendría así cuando la compré”, ha dicho. Y cuando la levantaba, su hijo se le echó encima para que no disparara. Aún así, el tiro atravesó los cristales y, dirigido a la cabeza de la víctima, le causó distintas lesiones con las postas. Agentes de Criminalística de la Guardia Civil recogieron 88 perdigones del coche e indicaron que un cartucho suele tener unos 200. No hallaron ningún cuchillo. 

El herido, tal y como ha recordado, llegó al centro de salud de Villamayor acompañado de Maricarmen A. S. Allí fue atendido en un primer momento y luego derivado al hospital donde acabaría siendo intervenido varias veces de un ojo. En el ambulatorio, ambos hablaron con dos agentes de la Guardia Civil que acudieron al ser informados de que había un herido por arma de fuego. En ese instante, los dos contaron lo mismo, que padre e hijo, armados con una escopeta y una pistola, habían intentado matar a Óscar S. F. y el mayor le había disparado. Luego, se habían acercado al herido y le habían dado patadas en el suelo y no habían continuado con la agresión porque ella lo había protegido con su cuerpo.

Sin embargo, la mujer no ha ratificado lo que en su día declaró tanto ante la Guardia Civil como en el juzgado. Este lunes, muy nerviosa, ha dicho que no recordaba nada de lo sucedido este día y que tenía una “laguna” que le impedía acordarse de lo que hizo su hermano y su pareja. El presidente del tribunal, Alfonso Ballestín, le ha preguntado si había recibido alguna presión para que no hablara y ha respondido que no. Luego le ha advertido de que probablemente sea investigada por falso testimonio y Maricarmen A. S. se ha ido de la sala llorando diciendo que era verdad que no recordaba nada.

Tras el disparo, padre e hijo huyeron e intentaron ocultarse en Montañana, pero la Policía Nacional los localizó en una vivienda. También encontraron una mochila con las armas utilizadas en la agresión que los acusados habían arrojado a una acequia.

Para la Fiscalía y la acusación particular, a cargo de los abogados Olga Oseira y Joaquín Tortajada, los hechos constituyen un delito de tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas y piden para cada uno de los acusados diez años de cárcel y el pago de una indemnización cercana a los 80.000 euros. Mantienen que el agresor apuntó a la cabeza al tiempo que le decía que lo iba a matar y que si no lo logró fue por causas ajenas a su voluntad, como que los perdigones se dispersaron y la mujer lo protegió con su cuerpo.

Mientras, la defensa, ejercida por abogado Alejandro Sarasa, entiende que solo Daniel A. S. sería autor de un delito de lesiones con uso de instrumento peligroso merecedor de una pena de dos años de cárcel y otro de tenencia ilícita de armas, castigado con seis meses. A su juicio, no existe una tentativa de homicidio ya que su cliente “desistió” de seguir disparando. “Si no lo mató fue porque no quiso. Nada se lo impedía”, ha manifestado. El abogado ha pedido que se apliquen las atenuantes de reparación del daño y confesión. 

Respecto a Daniel A. D. ha solicitado la absolución porque aunque fue con su padre, él no disparó y cuando levantó la escopeta trató de impedirle que apretara el gatillo. 

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