Trágica muerte del cura de San Gregorio: "Estas telas no suelen prender, es extraño que esto haya sucedido"

El sacerdote del barrio de San Gregorio de Zaragoza, Javier Sánchez, ha fallecido tras incendiarse su sotana en la vigilia pascual este sábado. 

Dos vecinas del barrio de Santa Isabel acuden al convento donde se producido el suceso donde sufrió las quemaduras el cura Javier Sánchez.
Dos vecinas del barrio de Santa Isabel acuden al convento donde se producido el suceso donde sufrió las quemaduras el cura Javier Sánchez.
José Miguel Marco

La noticia del fallecimiento del sacerdote del barrio de San Gregorio de Zaragoza, Javier Sánchez, ha conmocionado a los fieles. El suceso se produjo en el convento del barrio de Santa Isabel, donde residía el religioso. Al parecer, se utilizó algún tipo de acelerador para prender la llama y esta quemó el hábito que llevaba puesto

"El cura intentó proteger a las monjas del convento cuando se produjo el fuego en el cuenco que se utilizó, las llamas prendieron la casulla y la gravedad de las quemaduras le provocaron la muerte. Al parecer se había utilizado una sustancia inflamable en la quema. La celebración se realizó en el interior del convento", detallaron fuentes del Arzobispado, donde se nota que están muy consternados con la muerte del párroco,  muy conocido y querido en Zaragoza.

El accidente se produjo en el inicio de la vigilia pascual con la celebración conocida como la bendición del fuego, cuando se enciende el cirio pascual. Las llamas le quemaron su sotana y al menos le afectó al 50% de su cuerpo, según el Arzobispado.

En concreto, la indumentaria que llevaba puesta el sacerdote fallecido para oficiar la vigilia pascual constaba del alba, estola y casulla, que se componen principalmente de algodón. Estos elementos son los habituales para oficiar misa en el día a día de los sacerdotes, tal y como ha señalado Enrique Ester, sacerdote, filólogo y periodista.

La tienda de especialidad en hábitos religiosos Zarasanta, quienes se dedican a confeccionar estas piezas, aunque no en concreto las que llevaba el sacerdote, comentaba a HERALDO: “Nuestras telas no inflaman, es muy extraño que esto haya sucedido". El establecimiento, ubicado en el paseo Echegaray y Caballero del Casco Antiguo de la capital aragonesa, puntualizaba: "Sin conocer los materiales de los que estaba compuesto el hábito es difícil saber con exactitud el motivo de este suceso".

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