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El buggy del incendio de la sierra de Alcubierre era “un riesgo importantísimo”

El agente de la Guardia Civil que examinó el vehículo apunta como origen del fuego al depósito extra “no homologable” instalado encima del motor y los peritos de las defensas sostienen que la causa fue un inyector instalado de serie.

Los acusados por el incendio de la sierra de Alcubierre, durante el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Los acusados por el incendio de la sierra de Alcubierre, durante el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Toni Galan

La segunda jornada del juicio por el incendio de 2019 de la sierra de Alcubierre estuvo centrada en determinar cuál fue el punto exacto en el que se originaron la llamas que a finales de julio de aquel año quemaron 869 hectáreas entre los términos municipales de Leciñena y Perdiguera. No hay dudas de que el fuego partió de un 'buggy' de ruta por la zona, pero las versiones sobré cómo este coche comenzó a arder difieren. La Guardia Civil apunta a un depósito de combustible extra que Gaizka L. M., piloto y propietario del coche, había instalado encima del motor de forma negligente, mientras que los peritos aportados por las defensas hacen referencia al fallo de un inyector.

La cuestión no es baladí. A Gaizka L. M. y su copiloto, Íñigo C. D., se les imputa un delito de incendio por imprudencia grave y por ello la Fiscalía y las acusaciones solicitan penas de entre 4 y 4 años y medio de cárcel. También, una indemnización tasada en 1.424.386 euros de la que hacen responsable civil subsidiaria a la aseguradora L’Equité. Entienden que lo ocurrido se debió a la irresponsabilidad de los dos únicos acusados. Sus defensas, en cambio, sostienen que todo fue fruto de circunstancias fatídicas o accidentales.

El agente de la Guardia Civil que examinó el automóvil tras el incendio fue claro este martes ante el tribunal: “Ese coche era un riesgo importantísimo”. El 'buggy' era un vehículo de recreo que Gaizka L. M., piloto de carreras y mecánico de profesión, había adaptado para las exigencias de la competición. Entre las remodelaciones, el investigador señaló dos como las más relevantes, el mencionado tanque extra y el tubo de escape sin silenciador y filtro antichispas. Ambas las consideró "irregulares".

Según explicó el lunes Gaizka L. M. en su declaración, el depósito de aluminio con capacidad para 36 litros lo había instalado por ser una exigencia del Rally Panáfrica, competición en la que iba a participar en septiembre. “Su ubicación encima del motor es algo totalmente prohibido y la boca de llenado no puede estar encima, sino fuera del habitáculo”, manifestó el investigador de la Guardia Civil. Más allá de eso, el tanque “no estaba homologado” para la circulación y tampoco lo consideró válido para la competición.

En su opinión, la causa más probable del incendio fue “un escape en el depósito”. “Todo lo del depósito era irregular”, subrayó. Al margen de esto, confirmó que para circular por pistas de uso común con un fin deportivo, como era el caso, es necesaria una autorización del Gobierno de Aragón de la que los dos acusados carecían, tal y como confirmaron el lunes.

También comparecieron ante el tribunal los miembros del Seprona que estudiaron el incendio. “Lo generó el coche”, fueron concluyentes. Los hechos ocurrieron el 23 de julio, aquel día en la zona se había activado una alerta por altas temperaturas. En el momento en el que se declaró el fuego, sobre las 14.40, el termómetro marcaba 39º y la humedad era del 18%. “La probabilidad de que con cualquier chispa hubiese un fuego era del 100%”, afirmaron.

Frente a esto, los dos peritos presentados por las defensas coincidieron en que el punto de inicio del fuego hay que ubicarlo en el inyector izquierdo, un elemento que viene ya instalado en el motor, que reiteraron que no precisa mantenimiento y que no había sido manipulado por los acusados. Además, sobre la cuestión del depósito uno de ellos indicó que era un elemento “específico de competición” y que su colocación sobre el motor es “algo habitual” para las carreras.

El juicio celebrará el miércoles su última sesión. Las acusaciones particulares la ejercen los abogados Miguel Ángel Lanaspa, en representación del Ayuntamiento de Leciñena, y Fernando Octavio de Toledo, por parte del Consistorio de Perdiguera. Además, en nombre del Gobierno de Aragón y del de la aseguradora Occidente actúan respectivamente los letrados José Luis Gay y Raquel Enciso. La defensa de Gaizka L. M. la asume el abogado Daniel Ferrer y la de Íñigo C. D., la abogada Pilar Hernández. La aseguradora L’Equité está representada por el abogado José Rodríguez-Monsalve.

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