Reabre la entrada principal de la sede de Correos de Zaragoza: así ha quedado
Este lunes se ha vuelto a abrir al público el renovado acceso de esta entidad en el corazón de Zaragoza.
Se encuentra en un edificio emblemático del corazón de Zaragoza. Y luce un aspecto renovado. La sede de Correos, emplazada en el paseo de la Independencia número 33, ha reabierto este lunes su entrada principal tras la reforma que tiene como objetivo lograr una accesibilidad universal. No obstante, las obras continúan en su interior, pero los viandantes ya pueden atravesar la nueva entrada para recoger o enviar sus paquetes.
La reforma va más allá de lo visual. El histórico edificio en el que se sitúa Correos data del año 1926 y, aunque se ha rehabilitado en otras ocasiones, lo cierto es que la oficina de paquetería no era de lo más accesible. Las puertas eran abatibles y solo para atravesar la primera ya había que subir dos peldaños, además del resto de escaleras para llegar hasta las ventanillas. Desde hace unos meses y hasta este lunes la entrada se situaba en la parte trasera, por la calle de Tomás Castellano.
Desde este lunes los vecinos habrán podido comprobar que lo que antes eran unos peldaños ahora es una rampa. Asimismo, las puertas abatibles se han sustituido, al fin, por unas automáticas. La iluminación interior y exterior también es diferente, más cálida, y se ha mejorado la eficiencia energética. Asimismo, nada más entrar a la derecha, se ha retirado el cajero automático para reconfigurarlo e instalarlo de nuevo junto al servicio de Citypaq para el envío y recogida de paquetes.
No obstante, la reforma sigue. Mientras ya se ha abierto la nueva entrada principal, los obreros trabajan para la instalación de un ascensor de 630 kilos adaptado para personas con movilidad reducida desde la planta baja hasta la planta primera, donde se atiende al público.
Edificio histórico
Este local de Correos se emplaza en una "joya neomudéjar" del centro de Zaragoza. Precisamente, al ser un edificio protegido, todos los planes de reforma han tenido que recibir el visto bueno de la comisión provincial de Patrimonio, que vela para que el nuevo ascensor no altere el aspecto del inmueble. Las fachadas, el patio, la caja de escaleras, los zaguanes, la carpintería y la cerrajería son los elementos protegidos de un edificio más que singular por su "exterior de estética historicista de carácter neomudéjar".
