Recreador de Los Sitios de Zaragoza: “Nuestro cerebro hace un clic, es como viajar en el tiempo"

La capital aragonesa acoge este fin de semana la sexta recreación de los Sitios de Zaragoza que convertirá la ciudad en un auténtico campo de batalla y trasladarán a los zaragozanos a 1808.

El recreador Iván Ordovás, con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
El recreador Iván Ordovás, con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
I.O.

El episodio de los Sitios de Zaragoza y la resistencia feroz de los defensores han pasado a la historia. La ciudad recuerda este fin de semana los terribles acontecimientos que ocurrieron en la Guerra de la Independencia, cuando el ejército francés sitió la capital aragonesa durante meses y en los que murieron miles de personas. Se trata de la sexta recreación de los Sitios que convertirá las calles del centro de la capital aragonesa en un auténtico campo de batalla. 

Más de 350 recreadores de treinta asociaciones españolas y de otros países europeos -Francia, Malta, Italia, Irlanda y Portugal- participan en este evento que trasladarán a los zaragozanos a 1808. Entre todos ellos, habrá una treintena de aragoneses que serán los representantes de los Voluntarios de Aragón, las tropas de defensores zaragozanos que pusieron en jaque al ejército napoleónico. 

Iván Ordovás es uno de ellos. Este recreador zaragozano de 57 años y trabajador de DFA, lleva 16 años participando en este tipo de recreaciones históricas. “Soy un apasionado de la historia, un historiador frustrado, y no descarto matricularme cuando me jubile”, dice. “Para alguien como yo, tener la oportunidad de formar parte de un momento histórico como es el siglo XIX en el que se sucedieron las Guerras Napoleónicas, es una oportunidad de oro, es como un viaje en el tiempo”, asegura Ordovás. 

El recreador Iván Ordovás, en una recreación con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
El recreador Iván Ordovás, en una recreación con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
Jordi Bru, Fotografía Histórica Militar

“Una vez que nos vestimos, nuestro cerebro hace un clic, te trasladas al siglo XIX y adoptas el rol de un personaje de la época. Los recreadores nos ponemos en el lugar de esas personas para poder divulgar los hechos históricos de una manera más visual. Es como si los espectadores se asomaran a una ventana y pudiesen ver lo que pasó en 1808”, explica.

"Un pellizco de emoción" al recordar a los muertos

Iván lleva desde 2008 como recreador de la guerra de la Independencia y es cabo del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón. Su afición nació tras ver una recreación el año en Tudela- “Al volver me puse ya en contacto con la Asociación Históricocultural Voluntarios de Aragón para unirme a ellos”, apunta. Hoy, es el secretario de esta agrupación y también de la Asociación Napoleónica Española, que agrupa 35 asociaciones de todo el país, además de a especialistas y recreadores de este periodo a nivel nacional.

"Rendir un homenaje a las personas que murieron en los campos de batalla en los que hacemos las recreaciones me llena mucho".

Cada año, los Voluntarios de Aragón participan en una decena de actos conmemorativos y recreaciones de batallas de la Guerra de la Independencia. En los 16 años que Iván lleva como recreador, habrá participado en 160 actos de este tipo. “Ha sido una experiencia muy positiva. He conocido campos de batalla reales donde hemos recordado a las personas que murieron en las batallas que se libraron allí en el siglo XIX. Siempre que vas a un campo de batalla real en el que murieron personas, sientes un pellizco de emoción y respeto. Rendirles un homenaje de esta manera, personalmente, me llena mucho”, afirma.

El recreador Iván Ordovás, en una recreación con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
El recreador Iván Ordovás, en una recreación con el uniforme del Batallón de Infantería Ligera de los Voluntarios de Aragón de los Sitios de Zaragoza.
Jordi Bru, Fotografía Histórica Militar

El recuerdo de su padre, en el acto más importante

De todos estos eventos, uno ocupa un lugar especial en su memoria y tuvo lugar durante la celebración del Bicentenario de los Sitios, en 2008. “Hubo un desfile de las Fuerzas Armadas por el paseo de la Independencia para conmemorar la efeméride y nos pidieron a los Voluntarios de Aragón que participáramos, desfilando con ellos hasta plaza de España. Formamos alrededor de la fuente mientras una banda de música tocaba Los Sitios de Zaragoza”, recuerda el recreador zaragozano. 

"Nunca olvidaré la sensación de entran en Independencia con toda la gente aplaudiendo".

“Es algo que nunca olvidaré. Esa sensación de entrar en Independencia, en formación militar, con toda la gente aplaudiendo a nuestro paso. Fue muy emocionante y muy especial para mí. En esos momentos me acordé de mi padre, que había fallecido unos años antes. El también era un amante de la historia y de los Sitios de Zaragoza”, dice, emocionado.

La recreación de este fin de semana también es especial. “Estoy muy nervioso porque llevamos preparando este evento desde hace hace 5 meses de la mano del Ayuntamiento de Zaragoza. Han sido muchas horas de trabajo, muchos permisos que gestionar y tenemos el fin de semana organizado minuto a minuto”, confirma Ordovás.

El "orgullo y responsabilidad" de recrear en Zaragoza

Los nervios se trasladan también al ámbito de lo personal. “Hay que preparar muchas cosas. Todo el equipo tiene que estar perfecto, lo más riguroso posible. Además, el estar en tu ciudad, la única de España, junto con Madrid, que acoge una recreación de estas características, los nervios están a flor de piel”, señala. Y es que, “recrear en tu ciudad significa mucho y los recreadores zaragozanos tenemos una mezcla de orgullo y responsabilidad para que salga todo perfecto”, confiesa.

Estos voluntarios se visten con trajes de la época, ya sean civiles o militares, “realizados lo más fielmente posible porque esto no es un disfraz sino que nos vestimos con reproducciones de los uniformes reales que se llevaban en el siglo XIX”, insiste el recreador. “Están confeccionados con el mismo paño de lana que se utilizaba en la época y los botones son idénticos, al igual que las armas”, continua. 

Las órdenes que se dan en el campo de batalla de la recreación son las mismas de la época.

Son elementos estudiados al detalle que lleva un gran trabajo de investigación. De hecho, no es solo la caracterización de la indumentaria. También la forma de expresarse y las órdenes que se dan en el campo de batalla son las mismas de la época. “La recreación no es solo lo que se ve. La gente se queda con lo espectacular de la puesta en escena, pero hemos hecho antes un gran trabajo de investigación para recrear los episodios con rigor histórico”, pone de relevancia Ordovás.

Meses de instrucción y formación

Para ello, todos los recreadores aragoneses se preparan con antelación y hacen jornadas de instrucción en las que aprender a moverse y a actuar como los soldados que lucharon en los Sitios. “Quedamos en un terreno privado a las afueras de Zaragoza para realizar esta instrucción y también organizamos jornadas para aprender a montar y desmontar los campamentos de la misma manera que se hacía en el siglo XIX. 

También nos instruimos en el montaje, manejo y seguridad de las armas de fuego que llevamos, que son reales, aunque no llevan balas”, describe. Para ello, “todos los voluntarios tenemos la licencia correspondiente y todos los trámites legales necesarios” afirma el zaragozano.

Es una afición que implica dedicarle mucho tiempo y dinero. “En estos 15 años llevaré invertidos unos 2.500 euros en el material y el uniforme, aunque lo más caro es el arma, que supone la mitad del presupuesto”, apunta. 

"Quiero ir a la batalla de Waterloo, es la Meca para cualquier recreador".

Una afición cara que extraña en su entorno más cercano. “Mi familia acepta y respeta mi afición pero no la comparten y soy el friki del grupo de amigos”, asume. El año que viene tiene un sueño que cumplir: “Quiero ir a la recreación de la batalla de Waterloo. Es La Meca para cualquier recreador”, concluye.

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