Autobuses y tranvías que circulan sin conductor; robots autónomos que reparten paquetes, distribución de medicamentos a través de drones... Aunque más despacio de lo que se pronosticaba en los ochenta del siglo pasado en la película 'Regreso al futuro', pues los monopatines voladores (aerodeslizadores) están aún por llegar, la innovación se abre paso en las ciudades, y Zaragoza aspira a convertirse en capital de la modernidad. Desarrolla, para ello, una ordenanza que convertirá la ciudad en un banco de pruebas y permitirá extender la implantación de proyectos tecnológicos ofreciendo buenas condiciones, garantías jurídicas y una regulación que garantizará que se desarrollan en óptimas condiciones de seguridad y de convivencia. La norma, que estará lista en breve, pasará por el Gobierno de Zaragoza en quince días y se debatirá en el pleno de abril, con el objetivo de que pueda entrar en vigor el próximo mes de mayo, según informaron fuentes municipales. 

La ordenanza 'sandbox' regulará la utilización de espacios seguros donde probar innovaciones tecnológicas en entornos controlados, pero con población real, antes de empezar a comercializarlos. En la capital aragonesa se han llevado a cabo ya algunas experiencias piloto como el proyecto Digizity, un autobús inteligente y conectado, o robots autónomos de reparto.

Con el desarrollo de la nueva ordenanza, el Ayuntamiento que dirige Natalia Chueca pretende "reducir la complejidad de los trámites y facilitar la gestión administrativa" para atraer proyectos de innovación, atracción de inversiones y talento. Busca, también,  adaptar la normativa municipal a los avances técnicos y tecnológicos innovadores en el ámbito urbano y facilitar procedimientos administrativos que puedan resultar complejos cuando involucran a varias áreas de Gobierno. 

Por su configuración urbana y geográfica, Zaragoza ha sido y sigue siendo una ciudad ideal para implementar proyectos piloto, y con los cambios sociales, económicos y sobre todo tecnológicos, es necesario aportar seguridad jurídica para atraer a las empresas más innovadoras. Disponer de un entorno de pruebas controlado permitirá dinamizar la actividad innovadora, proteger los bienes y recursos municipales y evitar riesgos a los ciudadanos. Se trataría de garantizar, además, la sostenibilidad financiera y económica de los productos ensayados y la participación de la ciudad en eventuales beneficios que los productos pudieran tener en el futuro. 

Tanto la Unión Europea como la Organización de las Naciones Unidas, a través de la Agenda 2030, apuestan por impulsar la innovación tecnológica y la industrialización. De ahí la conveniencia de la normativa en la que trabaja el Ayuntamiento de Zaragoza, que contribuiría a un "posicionamiento estratégico global" como ciudad que impulsa la innovación.

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Hay ámbitos municipales que se quieren potenciar de manera especial. Destacan, entre ellos, la movilidad, la energía, la Administración Pública, la gestión de servicios ambientales, el urbanismo, la vivienda, lo servicios sociales y la cultura. 

Para desarrollar texto normativo, se adjudicó a la Universidad de Zaragoza un contrato para analizar la transferencia de conocimiento e investigación sobre el entorno regulatorio sandbox y proyectos de interés municipal preferente. El director general de Proyectos Estratégicos y Proyección Exterior, José María Ruiz de Temiño, destacó hace unos días esta nueva normativa como un elemento clave para atraer y fomentar la innovación y la iniciativa empresarial a la ciudad de Zaragoza.

Autobuses y tranvías con conducción autónoma

Sin tener aún la normativa que dará seguridad jurídica al entorno de pruebas, Zaragoza ha acogido ya ensayos de productos innovadores. Destaca, entre ellos, el Digizity, un proyecto de I+D del PERTE del vehículo eléctrico y conectado liderado por Avanza, en el que colabora el Ayuntamiento. Su novedad más destacada consiste en un sistema de guiado a bordo, que permite automatizar el control lateral de conducción. El autobús puede aproximarse a la acera donde está la parada de manera autónoma. El vehículo -del modelo ie Tram de la empresa Irizar, de 12 metros de longitud- se probó a finales del año pasado en el recorrido de la línea 40 del bus urbano, en un tramo de 7 kilómetros, el denominado "entorno relevante" de la investigación, donde se habían instalado los sistemas necesarios para la conectividad y el guiado automático de autobús, como los sensores en las marquesinas o las líneas de la calzada. Avanza y sus socios trabajan ahora en las conclusiones del proyecto.

Francisco Jiménez

El proyecto Compass, liderado por CAF y con financiación de Europe's Rail, incluyó pruebas en tranvía en Zaragoza para una futura conducción autónoma. "Te veo, te percibo, te protejo; soy tu nuevo tranvía inteligente" fue la fórmula con la que se presentó, en agosto de 2022, la unidad que, gracias a sensores, cámaras y sistemas informáticos, permitía recopilar datos para facilitar la conducción al aportar información ampliada sobre el estado del tráfico y los elementos que se podían encontrar en el trayecto.

Javier Belver

Robots para el reparto

Durante varios meses circularon por Zaragoza los robots de reparto de Goggo Network. Fue la primera empresa en conseguir una licencia logística para robots autónomos en España, y la capital aragonesa, la primera ciudad en lanzar el proyecto, junto a Alcobendas. Acabaron cesando la actividad empresarial, tras hacer pruebas con firmas como Aloha Poke, Panishop o Pascual.

Guillermo Mestre

El vertipuerto 

El parquin sur de la Expo 2008 es de las pocas zonas urbanas para drones que hay en Europa. Además de los ensayos que se llevan a cabo en colaboración con la Policía Nacional, se impulsan proyectos piloto de empresas para la distribución inteligente de mercancías. Está previsto que en junio Novaltia, empresa de productos farmacéuticos, realice los primeros vuelos entre el barrio de La Almozara y el polígono de la Ciudad del Transporte. 

Francisco Jiménez