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La Policía desaloja a 14 sintecho del garaje 'okupa' de Delicias: "La pesadilla ha durado dos años"

Los vecinos del portal 6-8 de la calle de Montañés de Zaragoza han respirado este jueves aliviados al ver cómo la Policía sacaba del conflictivo garaje a las personas que allí pernoctaban. 

La policía está preparada para entrar al edificio okupado en la calle Montañés de Zaragoza.
La Policía, preparada para entrar al edificio okupado en la calle Montañés de Zaragoza este jueves por la mañana.
Heraldo

El del edificio okupa de la calle Montañés de Zaragoza era un desalojo anunciado. Los dos acuchillamientos que se produjeron el pasado 11 enero en el entorno de la finca, ubicada en los números 6-12, sacaron a luz la peligrosa e insalubre situación en la que llevaban viviendo los vecinos durante los dos últimos años. Cuando se presentó allí a investigar las agresiones, la Policía se encontró con una veintena de personas sin hogar viviendo en el garaje del inmueble, propiedad de la Sareb. La enorme cantidad de basuras y enseres acumulados en las dos plantas, sumada a los conflictos y peleas que se venían registrando prácticamente a diario, obligaban a tomar medidas. Y la que debería ser la solución definitiva al problema ha llegado este jueves, cuando una comisión judicial y un importante despliegue policial se han presentado a primera hora en el edificio para ejecutar la orden de desalojo.

Los okupas habían sido advertidos del inminente desahucio, por lo que muchos se habían ido marchando durante los últimos días. De hecho, cuando los agentes han entrado a las nueve de la mañana en el aparcamiento subterráneo, allí solo quedaban ya 14 personas: todos varones y la mayoría bastante jóvenes. “Me voy, pero abriré otra puerta. En la calle no pienso dormir”, se quejaba uno los desalojados cuando abandonaba el garaje con sus escasas pertenencias. Ha sido de los pocos que han verbalizado su protesta, ya que casi todos han acatado la orden con resignación. “No llevaba mucho tiempo, pero sí algunos días. No sé donde me meteré ahora”, comentaba otro de los sintecho más jóvenes, mientras facilitaba sus datos a la Policía.

La Jefatura Superior de Aragón confiaba en que fuera una intervención tranquila, como finalmente ha sido, pero había movilizado al Grupo Operativo de Respuesta (GOR) para dar protección a la comisión judicial. La Policía Local se ha encargado de controlar los accesos y salidas de la calle. En el despliegue han participado también funcionarios del equipo de Policía Judicial de la comisaría de Delicias, que se identificado uno por uno a todos los okupas para comprobar si se encontraban en situación regular en España o si arrastraban algún tipo de requisitoria. Al final, solo ha sido necesario trasladar tres de ellos: uno ha acabado en dependencias de Extranjería y los otros dos en comisaría, ya que no portaban ningún tipo de documentación y había que identificarlos.

Los vecinos viven una situación "insoportable" por culpa de una veintena de 'okupas' que se ha instalado en el garaje del inmueble

Accesos tapiados o cerrados con puertas antiokupas

La principal preocupación de los inquilinos legales de la finca -ahora solo viven allí la dueña de un piso y otras cuatro personas, en régimen de alquiler- es que los okupas vuelvan a encontrar una forma acceder al garaje, donde algunos han colocado sábanas colgando para delimitar su propio espacio vital a modo de ‘box’ de urgencias. “A mí me preocupan mucho las 24 primeras horas, a ver si todo va bien y esta gente no vuelve”, confesaba Manuel Paz, propietario de dos pisos en la finca y uno de los más activos a la hora de denunciar la situación de inseguridad y falta de higiene. “No solo hay gente viviendo en el aparcamiento, también hay un par de viviendas okupadas. Se cuelan en el bloque, rompen el cristal de de la puerta que da a la terraza comunitaria y desde allí buscan la forma de allanar cualquier domicilio vacío”, contaba.

Pero la Sareb estaba preparada para el desalojo y este jueves ha movilizado tanto un equipo de limpieza como a un grupo de albañiles. En cuanto el garaje se ha quedado vacío, en torno a las diez, los primeros han empezado a limpiar “lo más gordo”. Porque, como ellos mismos reconocía, allí hay basura para “varios días”. Al mismo tiempo, un grupo de operarios ha descargado un par de puertas antiokupas para colocarlas en los dos escaleras de acceso al aparcamiento. En la entrada principal, por donde entran los vehículos, se iba a levantar una tapia.

"Espero que recojan todo lo que hay ahí abajo, que limpien y saneen las dos plantas para que no siga siendo un nido de ratas. Ha sido muy difícil vivir aquí todos estos meses: ruidos por la noche, golpes, agresiones... La pesadilla ha durado dos años. Yo llegué a ver a los chavales apuñalados", contaba una de las vecinas del edificio. “Desde los acuchillamientos, parece que la Policía ha estado más pendiente. Pero los problemas entre los okupas no habían desparecido y cada día amanecías pensando a ver qué va a pasar hoy”, añadía.

Uno de los acuchillamientos, sin resolver

Como informó HERALDO, la Policía Nacional detuvo a un joven de 22 años como presunto autor del acuchillamiento que se produjo en la tarde del pasado 11 de enero en la calle de Montañés, en el barrio de Las Delicias de Zaragoza. Pero no fue el único suceso que se registró en dicho lugar, ya que otra persona resultó también herida por arma blanca sobre las doce de la noche de ese día. Por esta última agresión todavía no se ha practicado ningún arresto.

El primer apuñalamiento se produjo sobre las 17.00. Una patrulla de la Policía Local que estaba de servicio en la zona se detuvo al observar a un joven que presentaba cortes en una mano y sangraba de forma abundante. Al preguntarle qué había ocurrido, este les reveló que acababa de ser atacado por otro individuo con un arma blanca. Según algunos testigos, podría tratarse de un machete. Sin embargo, el Grupo de Homicidios sigue buscando a la persona que esa misma noche apuñaló a otro joven en la misma calle. Quienes presenciaron los hechos explicaron que agresor y víctima estaban discutiendo frente a un garaje, por lo que dieron aviso al 091. Sobre todo, porque uno de ellos empuñaba un cuchillo y amenazaba con clavárselo a su oponente. De hecho, llegó a hacerlo causándole múltiples heridas en un costado y los brazos.

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