tribunales

Absuelto por falta de pruebas un acusado de violar a una mujer con discapacidad en Zaragoza

La Audiencia Provincial considera inconsistente y contradictorio el relato de la denunciante.  

El acusado, el día que fue juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, el día que fue juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La falta de solidez y consistencia del relato de una mujer con una discapacidad mental y la ausencia de pruebas que corroboraran su testimonio ha llevado a la Audiencia Provincial de Zaragoza a absolver al hombre al que acusó de haberla agredido sexualmente. 

El tribunal de la Sección Sexta, en una detallada sentencia, concluye que después de haber analizado todos los elementos objetivos que hubieran podido "constatar al menos ciertos aspectos colaterales de su declaración", así como la existencia de otros que la desvirtúan, no cabe otra cosa que dictar una sentencia absolutoria.

La complejidad de este caso era alta, en especial por las características de la víctima: una mujer de 29 años, con un grado de discapacidad del 43% por tener un retraso mental ligero y sufrir crisis epilépticas, y una limitación en la actividad del 36%. Una sentencia de 2021 declaró su incapacidad total y permanente para regir su persona y está tutelada por una fundación aragonesa.

Pero esto no hubiera sido óbice para darle credibilidad si su testimonio se hubiese visto corroborado por otros indicios suficientes para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado, Khabane B., que se enfrentaba a una pena de 9 años de prisión. No ha sido así y, como solicitó su abogada defensora, María del Carmen Villanueva, ha sido exonerado.

La sentencia declara probado que el 11 de junio de 2021, sobre las 23.00, Khabane B. iba andando con un amigo por el barrio de Oliver, se encontró con la mujer, que estaba esperando en la parada de la línea 21, situada junto al corredor verde. Ambos se conocían de antes -aunque la relación entre ellos había sido mínima- y empezaron a hablar. 

El acusado se ofreció a llevarla en coche hasta su casa y se marchó con ellos andando hacia el vehículo. Para el tribunal no ha quedado acreditado ni que le hiciera tocamientos por el camino ni que llegara a subirse al turismo y que, una vez dentro, le propusiera tener relaciones sexuales y ella se negara y la forzara a hacerle una felación y le metiera los dedos en la vagina.

La joven se fue a su casa y a la mañana siguiente llamó a su psicóloga y fue con ella al hospital Materno Infantil. Las ginecólogas y la forense de guardia la examinaron y no observaron lesiones y en las muestras que tomaron no se evidenciaron presencia de esperma ni se pudo individualizar un perfil genético de varón. Durante el juicio tampoco quedó probado que la mujer conociera el nombre del acusado ni este la discapacidad de ella.

El tribunal llegó a estas conclusiones, que excluyen la culpabilidad del acusado, apreciando “en conciencia” las pruebas practicadas conforme a las “reglas de la lógica” y la “experiencia”. Khabane M. siempre negó la agresión pero no que aquella noche se encontrara con la joven y se ofreciera a llevarla en coche, aunque finalmente no lo hizo porque estimó que ya era muy tarde y tenía que madrugar y le dio 20 euros para que cogiera un taxi. Desde el primer momento dijo que de todo esto fue testigo el amigo que iba con él, aunque nunca fue citado en la fase de instrucción ni pudo ser localizado para que declarara en el juicio.

Cuando la joven acudió al hospital, una funcionaria de Policía habló con la psicóloga que la acompañaba. Esta le transmitió lo que le había dicho su paciente -que la habían obligado a hacer una felación a un hombre-, pero la psicóloga tampoco testificó en la vista oral siendo que, como indica el tribunal, podía haber contado cómo se encontraba anímicamente la denunciante y con qué palabras y detalle relató lo sucedido. Esto hubiera sido clave, sobre todo por las dificultades que tiene para describir situaciones abstractas y el corto vocabulario que maneja. De hecho, durante el juicio declaró ayudada por otra psicóloga ‘facilitadora’, como llaman al trabajo de estas profesionales con personas con discapacidad.

Su discapacidad influye en su relato

El fallo judicial expone que no aprecia que la mujer tuviese algún ánimo espurio contra el acusado, a quien apenas conocía y no había tenido problemas previos. Pero entiende que su situación de incapacidad sí que afecta a su testimonio. 

Un informe psicológico elaborado por otros psicólogos destacó que mostraba ansiedad en la entrevista y que debido a ella, la atención sostenida y selectiva se veía afectada y podía fatigarse y perder el hilo de la conversación, dificultando de esta forma la compresión y expresión y aumentando el riesgo de que sus respuestas sean dadas por deseabilidad social.

El tribunal afirma que no aprecia coherencia en el relato de la mujer, “algo en lo que sin duda incide su capacidad y el tiempo transcurrido”. Durante el juicio, la testigo contestó varias veces que ya no se acordaba de nada y lo repitió para luego, a la pregunta de si recordaba por qué había denunciado, dijo que “sí” “que por lo de la violación”. Y luego añadió que fue “a ayudarle a cocinar” o que “sí que había ido en el coche con él, pero que antes creía que había ido a su casa y a comprar para cocinar”. También que había tenido un ataque epiléptico por los “nervios” que había pasado (de lo que no hay constancia) o que llegó la Policía porque una mujer había llamado.

Realmente no consta tampoco que nadie llamara al 091, aunque sí que pudo haber una identificación en la calle porque el acusado lo dijo pero no se ha reflejado en ningún parte policial. Con todos estos elementos, la Audiencia entiende que no hay prueba de cargo suficiente y absuelve a Khabane M.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión