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Cuidar "toda la vida" de una incapacitada en Zaragoza podría costarle la cárcel a los 80 años

Los herederos de la fallecida, que no quisieron hacerse cargo de su tutela en 2001, acusan ahora a la octogenaria de apropiación indebida. "No vinieron ni al entierro", dice ella en el juicio.

Imagen de archivo.
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Pixabay

La Audiencia de Zaragoza sentó este martes en el banquillo de los acusados a una octogenaria que podría acabar condenada a cuatro años de prisión y al pago de una indemnización de 79.000 euros. Porque esa es la pena que piden para ella los primos y herederos de Elisa, la mujer a la que la acusada estuvo cuidando e incluso tutelando durante casi 20 años porque "estaba sola y ningún familiar quiso hacerse cargo de ella".

Para la Fiscalía, ninguna prueba existe de que la encausada se aprovechara de su condición de tutora para hacer suyo parte del patrimonio de la anciana. De ahí que desde el primer momento solicitara el archivo de esta causa y ahora exija la absolución. Y lo mismo propone la defensa, que asegura que la única culpa de la investigada fue asumir una responsabilidad que no le correspondía y preocuparse de una persona desvalida a la que ella, su marido e hijas trataron siempre como "una más de la familia".

A la hora de explicar al tribunal cuál era su relación con Elisa (fallecida el 13 de agosto de 2018 a los 96 años), la acusada fue muy clara: "Éramos como hermanas". La mujer recordó que su marido convivió durante muchos años con sus padrinos y que esta mujer era sobrina del matrimonio. "Cuando murió mi padrino, Elisa se quedó al cuidado de mi madrina. Y las dos venían todos los años a pasar las Navidades con nosotros a casa. Mantuvimos siempre una estrecha y excelente relación", declaró después el esposo de la acusada.

Los avatares del destino quisieron que Elisa acabará conviviendo con su hermano, que tampoco tenía a nadie más. "Pero nosotros nunca nos dejamos de preocupar por ellos, hasta el punto de que les llevábamos la comida todos los días", contó la encausada al tribunal de la Sección Sexta. Al parecer, era el hombre quien se acercaba al lugar de trabajo del marido de la investigada a recoger los alimentos. Como descubrirían después, el hermano no dejaba salir a Elisa de casa y la tenía completamente desatendida.

"La sacamos de aquel infierno"

Alertados por los vecinos de la precaria situación en la que se encontraba Elisa, la acusada y su marido decidieron acudir a la Policía Nacional. "Afortunadamente, la sacamos de aquel infierno", contó la octogenaria. "El informe de los Servicios Sociales del Gobierno de Aragón decía que Elisa había llevado puesta la misma ropa durante dos años", añadió. Según la defensa, a cargo de la letrada María José Peralta, esta mujer se hallaba desnutrida –"su hermano apenas le daba de comer"– y ni siquiera tenía asignado un médico de cabecera.

Lo cierto es que a raíz de aquella intervención, un juzgado de primera instancia inició los trámites para la incapacitación de ambos hermanos. Los sobrinos no quisieron asumir la tutela de ninguno, por lo que del varón se hizo cargo la DGA, mientras que de Elisa pasó a ser tutora la ahora acusada. "La mujer estaba tan mal que pasó cuatro meses en el hospital, donde se dieron cuenta de que tenía una esquizofrenia que nunca había sido tratada. Durante todo ese tiempo, nosotros nos encargamos de atenderla y comprarle todo lo que necesitaba. Porque ella entonces no tenía prácticamente nada", declaró la investigada.

Según esta, gracias a los Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, "que se portaron maravillosamente", consiguieron encontrar acomodo a Elisa en la Casa Amparo de Zaragoza, "donde experimentó una notable mejoría". En aquella época, la encausada y su marido hicieron también todas las gestiones necesarias para que la mujer pudiera cobrar una pensión no contributiva con la que sufragar su estancia en la residencia.

La difícil situación económica de Elisa mejoró de forma notable en torno a los años 2013 y 2014, cuando heredó de su hermano 24 fincas rústicas y una importante cantidad en efectivo. "Justo a partir de entonces aumentaron las disposiciones que hacía la acusada de la cuenta bancaria de Elisa", señaló este martes la abogada de la acusación particular, que acusa a la tutora de apropiación indebida y le reclama 79.000 euros de gastos supuestamente no justificados. "Jamás saqué ningún dinero de esa cuenta para mi beneficio. Me lo prohíbe mi religión y nunca robaría alguien que era como de mi familia. Solo en cuidadoras se pagaban 500 euros al mes", aseguró la investigada, que siempre rindió cuentas ante el juzgado que tramitó la incapacidad. "Estos parientes que ahora reclaman tanto -y que han heredado las 24 fincas y casi 90.000 euros- no quisieron hacerse cargo de Elisa, no llamaron ni una sola vez para preguntarnos cómo estaba y ni siquiera vinieron a su entierro", se lamentó la acusada. "Y su forma de darme las gracias por cuidar de ella toda la vida es sentándome ante un tribunal", apostilló.

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