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Condenado a 4 años de cárcel en Zaragoza tras confesar una violación por Telegram

La Audiencia considera "veraz y creíble" el relato de la víctima, que aportó una captura del mensaje donde él le pedía perdón. 

El acusado, durante el juicio celebrado este vieres en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio celebrado este vieres en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El relato "veraz y creíble" de la víctima unido a un informe forense que descarta posibles "alucinaciones" han servido a la Audiencia de Zaragoza para condenar a Alfredo Arenas Tobarías a cuatro años de cárcel por un delito de violación. Como recuerda la sentencia, se da además la circunstancia de que la denunciante escribió un mensaje a su agresor diciéndole "me has violado", al que este contestó: "Lo siento, no quise hacerlo, te lo juro". Por lo que el propio encausado habría reconocido ya en ese momento la agresión sexual.

Los hechos se remontan al mes de marzo de 2022, cuando la denunciante, de 24 años, y el acusado, de 45, empezaron a ‘chatear’ a través de Telegram. Él le dijo a la chica que trabajaba como camarero en hoteles de lujo y se ofreció a prepararle un buen desayuno, por lo que fue esta quien se desplazó a su casa para conocerlo. Sin embargo, aquel encuentro no fue como la joven había previsto y acabó en una denuncia por violación.

La primera cita se fijó el día 24, fecha en la que él, como había anunciado, se encargó de preparar el desayuno. Cuando terminaron, ambos estuvieron un rato charlando en el sofá del salón, hasta que el dueño del piso propuso a su invitada mantener relaciones sexuales en su dormitorio. Ambos se metieron en la cama, pero en cuanto ella se dio cuenta de que él no estaba utilizando preservativo le pidió que parara y se puso a llorar.

El encausado decidió entonces colocarse el condón, pero la denunciante ya no tenía ganas de continuar. Poco o nada le importó a Alfredo Arenas, quien siguió penetrándola contra su voluntad, consiguiendo que la mujer se quedara "bloqueada". Cuando terminó, él le pidió a ella que se marchara. Y eso fue lo que hizo.

La acusación particular, a cargo del abogado Óscar Espinosa, recordó a los magistrados de la Sección Tercera que la víctima estaba en tratamiento por un trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar. Por ello, entendía que se trataba de una persona especialmente vulnerable y solicitó al tribunal que condenara al encausado a ocho años de prisión por un delito agravado. Sin embargo, la Sala dice ahora que era la primera vez que se veían y el hombre desconocía el estado de la mujer.

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