Más filas en el belén que en las tiendas en el inicio de la campaña navideña en Zaragoza
La primera gran tarde de la campaña navideña ha dejado más filas en el belén y las atracciones de la plaza del Pilar que en las tiendas de Zaragoza. En el tramo central de la calle de Alfonso I era difícil hacerse hueco, y en los puestos de comida había que armarse de paciencia para comprarse una crepe, un gofre o media docena de churros. En los comercios de ropa y perfumerías, en cambio, se veía poco movimiento, pero todo llegará, ya que todavía restan tres semanas para la esperada Nochebuena.
Con la plaza del Pilar impregnada del característico olor a rosquillas de anís eran pocos los que se resistían a llevarse algún dulce para casa o simplemente, para saciar el apetito entre tanta espera. «¡Vaya fila!», se oía, resignados, entre quienes se ponían a la cola.
El propio belén –el mejor termómetro en estos casos– dejaba poco lugar a dudas: la fila llegaba prácticamente hasta la salida, aunque por suerte, iba rápida y no había que esperar mucho al raso, con unas temperaturas que apenas alcanzaban los diez grados. También había apreturas para comprar una flor de pascua en el puesto de Flores Aznar.
Tampoco lo han tenido fácil los niños que han querido subirse en los cochecitos con forma de reno, muñeco de nieve y Papá Noél de la zona de juegos junto a la Delegación del Gobierno, en los ponis ecológicos o en la noria, mientras que la bola de San Juan de los Panetes, las luces del paseo de la Independencia y la nueva decoración del tranvía -engalanado con los personajes de ‘El Cascanueces’- han seguido acaparando todos los selfis horas después del encendido oficial, con una iluminación que este año ha llegado a la ampliación del parque de Pignatelli o la plaza de Europa, entre otros puntos.
