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Bebido, drogado y dormido al volante: el colocón le sale caro a un taxista de Zaragoza

Una patrulla de la Policía Local se topó con el vehículo parado con el motor en marcha en Las Delicias. A los agentes les costó despertar al conductor, que acabó detenido tras hacerles frente.

El funcionario municipal fue detenido el 8 de septiembre de 2016 en el cuartel de la Policía Local de Zaragoza.
el taxista detenido acabó en los calabozos del cuartel de la Policía Local de Zaragoza..
Oliver Duch

La fiesta y la madrugada no son buenas aliadas cuando uno se encuentra en plena jornada laboral. Y menos cuando al cóctel se añaden alcohol y drogas. Algo que le ha quedado bastante claro a un taxista de Zaragoza al que la Policía Local encontró este martes bebido, drogado y dormido al volante de su vehículo.

Los agentes vieron que  el taxi se encontraba parado en medio de la calzada con el motor en marcha, tenía las ventanillas delanteras bajadas y la música a tope. Y al echar un vistazo al interior, comprobaron que el conductor dormía plácidamente sin camiseta ni cinturón de seguridad. Una cabezada de la que tardó en despertar y que le ha terminado costando 2.160 euros en multas y 20 meses sin poder trabajar, ya que se le ha retirado el carné.

Los hechos se produjeron sobre las 2.45 a la altura del número 78 de la calle Terminillo, en el barrio de Las Delicias. Según consta en el acta policial, el interior del Toyota Prius estaba «totalmente desordenado, con dinero por el suelo del puesto del conductor y del copiloto». Tras varios intentos, los agentes lograron despertar a A. L. Z., de 34 años. Y como presumían, ni mucho menos presentaba las facultades psicofísicas necesarias para conducir. La patrulla pidió un etilómetro para practicarle la prueba de alcohol, pero el conductor se negó hasta en cinco ocasiones a soplar. Ni siquiera pese a las advertencias de los funcionarios del 092, que le recordaron que el mero hecho de negarse implica un delito contra la seguridad vial.

Acometió contras los agentes

A los agentes le costó despertar al taxista, pero todavía más hacerlo apearse del vehículo, ya que empezó a soltar manotazos y fue necesario sacarlo a la fuerza. Una vez fuera, el hombre acometió contra los policías, cayendo  junto a dos de ellos al suelo, donde finalmente pudieron engrilletarlo.

Según el parte oficial, el taxista no dejó de dar patadas «a modo de coces» durante el traslado al Hospital Provincial    –donde tampoco hizo caso a los médicos– y al ser conducido al cuartel de La Paz, donde lo primero que hizo al entrar en el calabozo fue ponerse a orinar en un rincón.

Una vez en dependencias policiales, A. L.Z. aceptó someterse a las pruebas de etilometría, en las que arrojó un resultado de 0,94 ml/l, en la primera medición, y de 1,01 ml/l, en la segunda. Es decir, ambas muy por encima de la tasa penal, fijada en 0.60 ml/l.

Por la actitud de detenido, los agentes sospechaban que podía encontrarse también afectado por algún tipo de sustancia ilegal, lo que se confirmó al practicarle el test de drogas, en el que arrojó positivo en cocaína.

Por todas estas circunstancias,    la Fiscalía terminó acusando al taxista de un delito de resistencia y otro contra la seguridad vial.    Con estos cargos, el encausado –al que defienden los letrados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén– aceptó someterse ayer mismo a un juicio rápido. Y al reconocer los hechos, vio reducido el castigo en un tercio.

Por el delito contra la seguridad del tráfico, se le aplicó la agravante de reincidencia, mientras que en el de resistencia se le apreció la atenuante de intoxicación etílica. El vehículo quedó a disposición judicial en el depósito municipal.

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