Un maltratador se esconde en un armario para eludir a la Policía en Zaragoza

El hombre había acudido a casa de su expareja, de la que tiene una orden de alejamiento, y la mujer llamó al 091. Se enfrenta a un año de cárcel.

El juicio se celebró en la ciudad de la Justicia
El juicio se celebró en la ciudad de la Justicia
Oliver Duch

Un hombre con una sentencia previa por violencia de género y una prohibición de acercarse a la que en su día fue su pareja se enfrenta ahora a una pena de un año de cárcel por quebrantamiento de condena.

El acusado, D. L. M., fue juzgado ayer, martes, por unos hechos que ocurrieron el pasado 18 de agosto en Las Delicias. Según la Fiscalía, esta persona vio a su pareja sentada en la terraza de un bar de la calle de Terminillo y se acercó a ella para proponerle irse con él a tomar un café, al tiempo que le decía: "No te vayas".

La mujer reaccionó marchándose a su casa, situada en una calle cercana, y comunicó a la Policía que su ex se había presentado en el mencionado lugar y tenía una orden de alejamiento. Mientras los agentes llegaban a su domicilio, el acusado logró acceder al edificio y, como quiera que los agentes llamaron al portero automático y ella abrió la puerta del portal y la de su casa, D. L. M. aprovechó esta circunstancia para entrar en el piso. Pronto comprobó que quien estaba subiendo por las escaleras era la Policía, por lo que no tuvo mejor idea que esconderse en un armario, donde fue localizado instantes después y detenido.

La Fiscalía mantiene que el acusado era plenamente consciente de que tenía una condena anterior que le impedía acercarse a su expareja y conocía las consecuencias de incumplirla, por lo que solicita un año de prisión por un delito de quebrantamiento. Mientras, la acusación particular, a cargo de la abogada Olga Oseira, reclama una pena similar.

La defensa, ejercida por Ernesto Estévez, pide la absolución argumentando que fue un delito provocado por la mujer, que consintió el acercamiento. No obstante, aunque así fuera –lo que deberá demostrarse– el Tribunal Supremo tiene numerosas sentencias en las que deja claro que el consentimiento de la mujer no excluye la responsabilidad del acusado y que no pueden acercarse a la víctima ni con su permiso. El alto tribunal sostiene, además, que el cumplimiento de una pena no puede quedar al arbitrio del condenado o de la víctima.

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