verano
Zaragoza baja el pulso en el puente de agosto mientras el turismo anima el centro
Numerosos bares y tiendas, sobre todo en los barrios, cierran por vacaciones.
El restaurante Flor de Lis de la calle de Jaime I es uno de los más conocidos del centro de la ciudad y no siempre es fácil coger una mesa. Por eso, mientras la ciudad baja el pulso, con tiendas y bares a medio gas o cerrados por vacaciones, el establecimiento aguanta el tipo estos días con un buen número de reservas. "Ayer nos vinieron muchos turistas nacionales -cuenta Suedy-, y hoy nos han venido más franceses e italianos". Afirma que están recibiendo incluso más clientes que el año pasado. De hecho, asegura que casi no les quedan sitios libres para cenar.
Es la paradoja que se produce cada puente de agosto: los zaragozanos aprovechan sus días de descanso para escapar a las fiestas patronales de los pueblos o a sus destinos vacacionales, mientras los turistas eligen estas fechas para descubrir la ciudad. Pese al calor, la plaza del Pilar es un ir y venir de visitantes. Unos se sacan fotos con los rinocerontes, otros entran y salen de la basílica y alguno se sienta a tomar algo en los bancos y terrazas de la zona. Sin embargo, apenas dos calles más allá, la ciudad se vacía. Solo hay que pasar por la Gran Vía, donde ya se nota el descenso de actividad.
José María Marteles, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, señala la gran diferencia entre centro y barrios. Este agosto el centro ha trabajado más, pero en los barrios muchos locales no se han molestado en abrir. "Lo normal es que cierren hasta 15 días, pero algunos lo hacen todo el mes", explica.
Considera que las altas temperaturas son una causa, porque "la gente hasta las 20.00 o 21.00 no sale a las terrazas". Pero también por el fin de la pandemia, pues "la gente ahora sale más" de la ciudad. Sara Alba, una barcelonesa que se encuentra en Zaragoza de paso en un viaje familiar lo comenta extrañada: "Sí que se nota poca gente, ¿será por el calor?".
El restaurante Las Noches de Bohemia, en la plaza de San Pedro Nolasco, lo nota especialmente. "En la plaza somos ocho y estamos abiertos dos", cuenta Julio Ledesma, trabajador del local, que dice que él no se va de vacaciones y recoge los clientes que quedan en la ciudad. Su terraza se encuentra cerca de la mitad del completo, pero asegura que suele tener más clientes. También es más fácil aparcar por esa zona: "Aquí nunca hay sitio, pero cuando he llegado solo había cuatro coches".
"Lo noto sobre todo en el tráfico", coincidía la zaragozana Cristina Lisbona. Tenía que trabajar ese día, así que no había podido salir de la ciudad. Ahora, se disponía a pasar la tarde en el cine y disfrutar de uno de los últimos estrenos. Mariano, Rafa y Pablo Grassa, naturales de Peñaflor, tenían el mismo plan. Dado que acababan de llegar a Zaragoza no podían distinguir si había menos gente de lo normal. Sin embargo, tampoco les extrañaba: "Con este calor, ¿quién va a salir a la calle?"
El sector del taxi también nota las calles vacías, tanto que, por segundo año consecutivo, han acordado reducir la flota a la mitad y turnarse en el servicio. Aseguran que la huida de los zaragozanos a los pueblos y el cierre de muchos locales hace que no salga rentable mantener fuera más coches. "Baja mucho el trabajo para los taxistas", decía hace unos días el presidente de la Asociación Provincial de Auto Taxi (Apatz) de la capital, Miguel Ángel Perdiguero.
Potencia eléctrica
También se nota el puente de agosto en el consumo eléctrico, aunque menos de lo que pudiera parecer. Según explican fuentes de Endesa, el pasado 14 de agosto el máximo de potencia eléctrica en Aragón fue de 1.189 megavatios a las 21.49. Es una cifra baja, pero el mayor registro alcanzada este mes fue de 1.345 megavatios el pasado 2 de agosto a las 20.00. "Tampoco es una caída tan grande", comentan.
En lo que va de año, el récord se logró el 2 de marzo, a las 8.00, con 1.570, todavía lejos del máximo histórico del 11 de enero de 2019: 1.818 megavatios. Los responsables de Endesa afirman que en Aragón el 50% del consumo es industrial, mucho más estable que el residencial, que solo supone un 25%. Por eso, las oscilaciones no son tan acusadas como en otras comunidades. Del total del consumo de Aragón, el 70% corresponde a la provincia de Zaragoza.
