La ordenanza del taxi en Zaragoza podría imponer multas a los conductores que no usen la nueva aplicación

El Ayuntamiento ha detectado que muchos chóferes no tienen conectada la herramienta pese a ser obligatorio. El sistema permite a los usuarios solicitar los vehículos y conocer de antemano el precio máximo del trayecto.

El taxista Héctor Milán muestra desde su coche la aplicación móvil MoZa.
El taxista Héctor Milán muestra desde su coche la aplicación móvil MoZa.
Guillermo Mestre

El sector del taxi trata de modernizarse. Pero como ocurre en ocasiones, los cambios pueden no ser tan fáciles y rápidos como se había previsto en un principio. El pasado mes de marzo, la capital aragonesa estrenó una aplicación móvil que entre otras cosas permite a los usuarios pedir los vehículos y conocer de antemano el precio máximo que les va a costar el trayecto. Sin embargo, la nueva herramienta no termina de cuajar entre los conductores. El Ayuntamiento de Zaragoza ha detectado que, pese a tenerla instalada, muchos de ellos no la utilizan, y a petición de la propia Asociación Provincial de Autotaxi (Apatz), estudia modificar la ordenanza municipal para incluir sanciones económicas que obliguen a los chóferes a encender la ‘app’.

Llamada MoZa (Movilidad Zaragoza), está todavía en una fase inicial pero incorporará en el futuro más funcionalidades. Actualmente, sirve para llamar a los taxis al momento, pero más adelante se podrá también solicitar servicios para una hora determinada. Igualmente, se está trabajando para incluir la pasarela de pago, lo que permitirá introducir la tarjeta de crédito y descontar el viaje al momento.

Y además, de cara a 2024, la intención es establecer un «precio único», para lo que será necesario crear una nueva tarifa que tendrá que ser aprobada por el Consistorio y por el Gobierno de Aragón. Ese cambio hará posible que, únicamente a través de la aplicación móvil, se ofrezca al cliente un precio cerrado por trayecto que no se modificará en ningún caso, igual que hacen otras empresas de transporte como Uber o Cabify. Actualmente, la aplicación fija un coste máximo por recorrido, pero el viajero pagará menos siempre que el taxímetro así lo indique. Si marca más, desembolsará igualmente el importe pactado en un principio.

Para el presidente de la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza, Miguel Ángel Perdiguero, la aplicación «funciona muy bien», pero todavía hace falta «invertir dinero en publicidad» para que el público la conozca. En apenas una semana se alcanzaron las 12.000 descargas. Aún así, la evolución en cuanto al número de usuarios todavía está siendo lenta. De media, Perdiguero estima que llegan unos cinco servicios a la hora a través de la aplicación. No obstante, no son muchos los conductores que la utilizan.

Instalar esta tecnología es obligatorio y todos cuentan con ella a excepción de una treintena de taxistas que renovarán su vehículo próximamente y la instalarán entonces. Sin embargo, no son tantos los que tienen operativo el servicio de forma efectiva. «El Ayuntamiento ha detectado que muchos no la llevan conectada», lamenta el presidente de Apatz. Del total de 1.777 taxis que componen la flota de Zaragoza, calcula que utilizarán habitualmente la ‘app’ unos 600 o 700 cuando, remarca, «lo lógico sería que no bajara de mil nunca».

No todos la aceptan por igual

Al parecer, no todos los conductores están igual de satisfechos con este nuevo requisito. «Hay quien dice que no entran servicios, pero yo por ejemplo he hecho catorce desde que está conectada», asegura Perdiguero. No obstante, se muestra positivo con la evolución que estima que tendrá MoZa. Ya hay una emisora que lleva la aplicación integrada en su gestión de flotas, que cuenta con 250 coches, y la previsión es que también se sume próximamente la más grande de la ciudad, que cuenta con 1.100 vehículos.

Además, entre septiembre y octubre la asociación pretende impulsar una campaña de publicidad «potente», que permita que la ‘app’ gane popularidad entre los zaragozanos. MoZa nació como una forma de competir con las empresas de VTC –con Cabify que es la que opera en el caso de la capital aragonesa– y ofrecer un servicio más cómodo y tecnológico. Igual que las aplicaciones de estas compañías, a través de móvil se puede tener acceso al número de licencia del taxista que se va encargar de hacer el trayecto y permite también observar su desplazamiento en el mapa y el recorrido que va a llevar a cabo.

«Es una aplicación moderna, un servicio más que se le da al cliente y que iremos mejorando», manifiesta Perdiguero.

También con la intención de ofrecer un mejor servicio y enfrentarse a la llegada de Cabify se aprobó a comienzos de 2020 que los taxistas pudieran utilizar un uniforme para desempeñar su trabajo, ya que era algo que aparecía en varias encuestas como una desventaja de este sector frente a este tipo de empresas. Pero la iniciativa no obtuvo los resultados esperados. En un año únicamente se sumaron a la iniciativa 150 conductores, apenas algo más de un residual 8% de los que componen la flota

«Con clientes que siempre usan la ‘app’»

No son muchos todavía los que han probado la nueva aplicación del sector del taxi de Zaragoza, MoZa, pero entre quienes lo han hecho la experiencia ha sido muy buena. Tanto es así, que ya hay unos cuantos que se han convertido en «incondicionales» y siempre que tienen que moverse en uno de estos vehículos lo solicitan a través del móvil. Es al menos lo que le comentan a Héctor Milán durante la carrera los clientes que emplean la nueva herramienta y que, entre otras cosas, ganan una mayor rapidez en momentos de mucha demanda en los que los teléfonos de las emisoras se encuentran colapsados.

Este taxista, que lleva año y medio trabajando al frente del volante, considera que la herramienta, en cuyo desarrollo el Ayuntamiento de Zaragoza ha invertido 260.000 euros, ha sido «un acierto». No obstante, asume que «falta que haya más trabajo y que los clientes la conozcan». Sobre todo, porque ahora únicamente despachan, según calcula, entre 50 o 60 servicios al día en toda la ciudad a través de este sistema.

«Yo pensaba que era casi imposible montar una ‘app’ así y ha salido bien, funciona mejor de lo que esperaba, es muy moderna. Por un lado es un inconveniente que no tenga ‘call center’, pero por otro es una ventaja», resume Milán, que destaca como una de sus bondades la conexión directa con el usuario. «Nos permite ponernos en contacto con el cliente, decirle que hemos llegado o llamarle. Cuando llega el fin de semana prefiero coger un servicio de MoZa, porque de la forma normal a las cuatro de la mañana si no lo localizas llamas a la central y como todo el mundo esta pidiendo taxis no te cogen», explica.

Asimismo los viajeros aplauden, cuenta, que se establezca un precio máximo, ya que en el caso de que sea necesario alargar el recorrido por circunstancias sobrevenidas, como el corte de calles o la intensidad del tráfico, no se llevan ningún «susto». También es útil que el taxi esté geolocalizado y saber exactamente cuándo va a llegar, para por ejemplo no salir a esperarlo antes de tiempo.

En cuanto a los usuarios, la mayoría son jóvenes, aunque ha tenido de forma puntual clientes más mayores que utilizaban la aplicación. Según calcula Milán, alrededor de un 80% de los que se han subido en su taxi utilizando MoZa tenían menos de 30 años. «Son gente que en general prefiere una aplicación a hacer una llamada». 

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