La Universidad de Zaragoza ahorra 1,1 millón de euros en su factura energética este 2023
El campus ha pagado hasta abril 1,3 millones por la luz, casi un 56% menos que en el mismo periodo del año pasado.
Desde que en marzo de 2022 la Universidad de Zaragoza pusiera en marcha un plan de ahorro energético pionero entre los campus españoles, ha sido constante en su aplicación. Y los resultados se dejan sentir en la factura. En el primer cuatrimestre de este 2023 ha ahorrado 1.1623.502 euros en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El consumo de luz ha bajado un 17,64% y el campus público ha pagado 1.324.663 euros frente a los 3.000.400 del ejercicio anterior. Un 55,9% menos, es decir, 1.675,737 euros. El uso de gas también ha caído, un 24,61%. La nota negativa es que el recibo se ha incrementado en 512.235 euros al dispararse los precios de este combustible y alcanza 1.373.006 euros.
La factura eléctrica va camino de convertirse en la más baja de los últimos cinco años, aunque queda por delante el último cuatrimestre. La licitación conjunta de los contratos con las universidades del G-9 ha permitido "negociar un precio muy competitivo y también nos ha acompañado que el invierno ha sido suave y los picos de calor no tan fuertes", explicó el vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura de la Universidad de Zaragoza, Ángel Pueyo.
También ha jugado a su favor "la excepción ibérica que se implantó a finales de 2022 y moduló el precio de la electricidad", señaló Pueyo. En el caso del gas, han tenido que moverse en "un mercado libre", dijo, y pese a que también se logró un buen precio los costes aumentaron un 59,5%. Un porcentaje que Pueyo invitó a comparar "con el 300% que en muchas comunidades ha subido la factura del gas y en las que el impacto es mucho mayor".
Los consumos han descendido considerablemente. Entre enero y abril de este año se han usado 1.456.174 kilovatios hora menos de luz que en el mismo periodo de 2022 (-17, 64%). En el caso del gas, esta bajada ha sido de 3.439.694 kilovatios hora (-24,61%). Unos resultados ante los que reconoció "el esfuerzo de la comunidad universitaria" para cumplir las medidas. Incrementar este nivel de ahorro lo ve complicado: "Estamos al límite, se está haciendo mucho esfuerzo y sacrificio".
"Hay que ser prudentes"
Con estos datos, Pueyo confía en que no se van a agotar los 6,1 millones de gasto que se contemplaban en el presupuesto de 2023 de la entidad académica para los principales suministros (electricidad y gas).
Abogó por seguir manteniendo los criterios de "sobriedad energética". "Es un compromiso que tiene la Universidad, porque debe responder a los criterios que marca el Estado y el real decreto sigue estando vigente", afirmó.
Añadió que hay que ser "prudentes" ante el actual escenario geopolítico. "Alemania está en recesión y tiene ajustes presupuestarios muy draconianos para el año que viene. Europa también los recomienda y la guerra en Ucrania no sabemos cómo va a evolucionar", comentó. Además, añadió, en el terreno energético "pueden producirse tensiones de aprovisionamiento por parte de China y la situación con Argelia también es muy delicada".
Cierre vacacional
Además, la Universidad de Zaragoza mantiene el tradicional cierre vacacional de sus instalaciones la primera quincena de agosto como medida de ahorro del gasto energético y con el fin de llevar a cabo una gestión óptima de los espacios durante estas fechas en las que el uso disminuye de manera significativa.
Los valores del cierre energético anual, en el que se incluyen también los de Navidad y Semana Santa, indican que el campus puede dejar de gastar alrededor de un millón de euros en suministros como agua, electricidad y combustible. Hay edificios donde sí se mantendrá una apertura diaria por su singularidad, como es el Hospital Clínico Universitario.
Para lograr este objetivo, la entidad anima a la comunidad universitaria a, entre otras medidas, apagar ordenadores, eliminar el ‘standby’ de los equipos y agrupar materiales de ensayo en el menor número de neveras o congeladores y desconectar los vacíos.
Por otra parte, uno de los proyectos que está valorando la Universidad de Zaragoza es "crear un distrito energético para todo el entorno", adelantó el vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura. "Tenemos alrededor un buen puñado de instalaciones públicas, residencias, centros sanitarios, y si ponemos en marcha un centro de producción se podría aprovechar. Es una fórmula que ya está funcionando en otras ciudades europeas", apuntó. Su implantación requerirá la implicación de las diferentes administraciones.
Más allá de esta iniciativa, el futuro pasa por la descarbonización con iniciativas que ya están en marcha y con las que la Universidad de Zaragoza pretende llegar este año a un 5% de autoconsumo eléctrico, que actualmente está en el 2,5%. A más largo plazo, entre 2026 y 2030, se quiere llegar al 20%.
Para lograr estos objetivos, se sigue el plan de instalación de placas solares. Para el edificio Lorenzo Normante, del campus Río Ebro, se acaban de adjudicar los trabajos para iniciar un programa piloto de instalación de baterías de acumulación. También se colocarán placas solares en las facultades de Geológicas y Matemáticas. Pueyo adelantó que en el edificio A de Medicina se mejorarán las condiciones energéticas con un sistema que se podrá reutilizar en otro edificio cuando se acometa la gran reforma de esta facultad.
El vicerrector de Planificación destacó que hay otros "pequeños guiños" que contribuyen a reducir la huella de carbono. Reverdecer los campus es uno de ellos y, en concreto, plantar una zona boscosa alrededor de los edificios del campus Río Ebro "que puede mitigar hasta dos o tres grados".
