Una familia de Zaragoza logra la tutela de un menor que se quedó huérfano en Ucrania

Las gestiones de la Fiscalía de Menores, Protección a la Infancia y Exteriores han permitido el regreso del chaval, nacido en la capital aragonesa.

Niños yendo al colegio recurso archivo
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El engranaje burocrático no acostumbra a ser ágil, pero una perfecta coordinación entre la Fiscalía de Menores, el servicio de Protección a la Infancia del Gobierno aragonés y el Ministerio de Exteriores ha permitido poner un final feliz a la triste historia de un menor que se quedó huérfano en Ucrania y por los azarosos designios del destino había acabado en Rusia. El chaval, de 14 años, hijo de padre zaragozano y madre ucraniana, nació en la capital aragonesa, pero hace algún tiempo se trasladó con su familia a Jersón, zona ahora en conflicto al sur del país eslavo. Tras el fallecimiento de sus padres, un primo aragonés –bastante mayor que él– se interesó por el futuro del menor y empezó a mover hilos para conseguir su tutela. Algo que por fin ha logrado.

El papeleo comenzó el pasado mes de abril, cuando el fiscal de sala de Menores en Madrid tuvo conocimiento de la situación de desamparo de este chico, que por haber nacido en España y tener un progenitor ucraniano disfruta de la doble nacionalidad. El familiar que intentaba repatriar al adolescente reside en Zaragoza, por lo que se trasladó el asunto a la Fiscalía Provincial de Menores de esta ciudad, que se encargó de instar el procedimiento de tutela a través del Juzgado de Primera Instancia 6. Y siempre de la mano del servicio de Protección a la Infancia de la DGA, que ha sido el encargado de velar en todo momento por el interés del menor.

Una vez examinado el caso y los informes emitidos por los técnicos del Gobierno aragonés, el pasado 2 de junio el magistrado dictó un auto en el que reconocía la capacidad e idoneidad del zaragozano para ser declarado tutor legal de su primo. En apenas dos meses se había conseguido salvar el primer escollo legal, pero ello no se traducía en el regreso automático del menor a la capital del Ebro. De hecho, quedaba otro importante trámite por diligenciar: que las autoridades rusas acataran la resolución y permitieran la vuelta del chaval.

Y como el de la Fiscalía y el de Protección a la Infancia, el esfuerzo diplomático por reunir al huérfano con su familia aragonesa ha sido enorme. En los trámites se han visto involucradas muchas personas, pero especialmente valiosa ha sido la intervención de la cónsul general de España en Moscú. Y gracias a este empeño coral, la semana pasada el nuevo tutor del chico pudo ir a por él para traerlo de vuelta a la que será su nueva casa en Zaragoza.

Por ser el protagonista un menor, y pensando siempre en su protección, el Ministerio Público y el Gobierno aragonés han considerado conveniente no dar ninguna identidad ni detalles más concretos del caso.

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