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Un padre evita la violación de su hija de 11 años en Zaragoza y el agresor alega que ni la tocó

El hombre bajó a buscar a la niña y la encontró en el portal del edificio semidesnuda mientras un joven abusaba de ella. La Fiscalía pidió ayer siete años de prisión para el presunto autor de los abusos.

El acusado, durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Zaragoza.
Toni Galan

La intuición y los reflejos de un padre evitaron que su hija, de solo 11 años, fuera víctima de una más que probable violación hace ahora un año en Zaragoza. La niña bajó a un supermercado que hay junto a su casa a comprar un refresco, pero al ver que tardaba en regresar, preocupado, el hombre decidió ir a buscarla. Y la decisión no pudo ser más oportuna, porque nada más bajar las escaleras se encontró a la menor en el portal, desnuda de cintura para abajo y con un hombre detrás abusando sexualmente de ella.

La escena descolocó por completo al padre de la chica, que rápidamente se abalanzó sobre el agresor para proteger a su hija. Los gritos del hombre pusieron en alerta a los vecinos de la vivienda situada en el entresuelo, que salieron enseguida al patio para ver qué ocurría. Al encontrarse a la niña con los pantalones bajados, «llorando y completamente en shock», y escuchar al padre repetir una y otra vez «desgraciado, ¿qué le has hecho a mi niña?», se imaginaron lo peor.

Con ayuda de estas personas, el padre de la víctima logró retener al agresor en el portal del edificio, en el barrio de Las Delicias de Zaragoza. Gracias a ello, este fue detenido y el juez de guardia decretó su ingreso en prisión provisional, donde permanece desde el 22 de julio de 2022, fecha en que ocurrieron las hechos. El investigado, Hassan K., se sentó ayer finalmente en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por un delito de abusos, ya que las pruebas médicas determinaron que no llegó a penetrar a la menor.

Esta traumática experiencia podría ser la causa por la que la familia de la niña ha decidido abandonar Zaragoza y regresar a su país de origen, circunstancia que impidió al tribunal de la Sección Primera escuchar los testimonios de la víctima y de su padre. Pese a ello, los magistrados entendieron que existía prueba suficiente para celebrar la vista y la Fiscalía acabó solicitando una condena de siete años de prisión.

"Me dijo que tenía 18 años"

El acusado se negó a dar explicaciones al Ministerio Público y solo contestó a las preguntas de su abogada, Trini Paño. Como hiciera durante la instrucción de la causa, Hassan K. negó de forma tajante haberse propasado con la niña. «Ni la toqué ni la acaricié, no tuve ningún contacto sexual con ella», aseguró. Según el presunto agresor, él estaba en la calle cuando la chica le mojó con una pistola de agua desde su ventana. «Habíamos hablado antes y sabía que yo le gustaba. Me dijo que iba a bajar a comprar, pero yo no sabía qué edad tenía. Ella me dijo ese día que tenía 18 años».

En su defensa, el hombre atribuyó cualquier iniciativa a la menor. «Cuando ella volvía de comprar en el súper, me cogió de la mano y me metió al portal. Me dio un beso y se empezó a bajar los pantalones, yo me quedé parado. Y fue entonces cuando llegó su padre», contó. «Ni le tapé la boca ni la agarré del cuello –añadió–. ¿Cómo iba a hacer eso?»

La ausencia de la víctima y de su padre en el plenario hicieron que la carga de la prueba recayera sobre los dos vecinos que los auxiliaron. Los dos, también padre e hijo, relataron de forma bastante detallada ocurrido. «Ella estaba junto a la pared, inmóvil, con los ‘jeans’ bajados hasta la rodilla. Le ofrecí agua, pero no reaccionaba. Estaba como ida, como en otro mundo, ni siquiera podía mirarme a la cara. Solo le salían lágrimas», recordó el más joven de los testigos. «Mi madre y otra vecina la intentaron sentar –continuó– y fue entonces cuando reaccionó».

Tanto este joven como su padre explicaron al tribunal que la chica era alta y corpulenta, por lo que podría aparentar tener algún año más. «Pero ¿18 años? ¡Jamás! Andaba siempre con otros niños haciendo chiquilladas, llamando a los timbres y esas cosas», recordó el mayor de los testigos. Como ellos, los policías nacionales que asistieron a la víctima e investigaron lo sucedido fueron rotundos: «Es una chica desarrollada, pero de ninguna manera aparentaba tener más de 13 o 14 años», señalaron.

Los magistrados pudieron escuchar también ayer a los forenses que examinaron a la víctima y que comprobaron que presentaba dos lesiones en los labios vaginales menores. «No llegaba a ser herida porque no sangraba, pero era algo muy reciente», indicó la especialista del Instituto de Medicina Legal de Aragón que se trasladó ese día a urgencias del hospital Miguel Servet.

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